viernes, 13 de febrero de 2015

Mi Padre

La relación que tenemos con Dios es una relación de Padre e hijo. Él ha querido ser para nosotros "Padre nuestro". Pero no es como los padres humanos con defectos y debilidades. ¡Él es el Padre Perfecto! La Biblia dice que además podemos llamarlo "Abba", es decir, "Papá" o "Papi", como llaman a su padre los niños más pequeños. ¡Tan grande es el amor de Dios!

Dios es el único Ser perfecto, de modo que todo lo que es y todo lo que hace es perfecto. Su amor por nosotros es perfecto, infinito, incondicional. Su poder para cuidarnos es perfecto, completo y absoluto. Su afecto y su ternura, son absoluta perfección. Incomparable. Pablo, el apóstol, nos habla de "la ternura y la mansedumbre de Cristo",  que nos muestra el perfecto amor de Dios para nosotros. Hay amor, bondad, ternura y alegría en el corazón de Dios para nosotros porque Él es el Perfecto. Él no tiene defectos, no tiene "un mal día", Él no se equivoca. Él es el único que puede ayudar a los padres a ser mejores padres. Más como Él.
 
No vivas tu vida sin la ayuda de Dios. "No lo dejes afuera". Hacé que Dios sea parte de los detalles de tu vida. ¡Él los conoce todos y quiere ayudarte! Creele a Dios. Creé en Jesús: invitalo a tu vida. Porque: "A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12). ¡Y no hay nada más maravilloso que eso!

Hay una riqueza inmensa en esta frase: "Somos hijos de Dios". Dios es nuestro Padre con todo lo que implica... ¡Maravilloso Dios! Podemos confiar en que Él nos ve, nos ama y cuida de nosotros, Sus hijos. Podemos hablar con Dios, "confiadamente", para recibir de Él lo que necesitamos, su gracia, y su ayuda. Él nos espera como un padre amoroso espera a su hijo amado. En cualquier momento y en cualquier lugar podemos hablar con nuestro Papá, con el Padre Celestial, porque está con nosotros siempre. Su amor y su poder transforman nuestra vida y nuestros días.