Podemos dudar del aire porque no
lo vemos, pero existe. Es invisible pero
nos da vida. De igual manera, podemos dudar de Dios porque no lo vemos, pero Él
existe. Es invisible, pero nos da vida. Le importamos a Dios. Dios nos ama como nadie. Él nos hizo, creó todo, incluso a cada uno de
nosotros. Anhela que podamos conocerlo y le permitamos
ser parte de nuestra vida.
Dios nos mira. Nos conoce. Sabe todo de nosotros. Sabe cómo somos,
sabe de nuestra fragilidad y conoce nuestra necesidad. Él quiere ayudarnos.
Sin embargo, Dios nos respeta y respeta nuestras decisiones. Por eso espera que confiemos en Él, como Él nos pide. Que lo busquemos y le hablemos.
La vida es distinta cuando lo invitamos a Él a ser parte. Si querés, podés decirle hoy:
"Dios, quiero conocerte, y conocer tu amor por mí. Ayudame, por favor, enseñame todas las cosas para
experimentar esa vida diferente que nos ofrecés. Ayudame a ser cada día mejor, por amor a vos. ¡Gracias!"