Nos encantan las películas con finales
felices, ¿verdad? Las historias de príncipes y princesas, los cuentos de hadas, los
buenos finales. ¿Por qué será? Yo creo que eso es ¡porque fuimos
creados por Dios para vivir felices por siempre de verdad! Él Preparó un lugar lleno de dicha y felicidad: lo llamamos "Cielo". Aunque algunos quieran negarlo, llevamos dentro ese
anhelo, esa necesidad imperante de ser felices. Y no sólo eso, queremos ser felices para siempre, por la eternidad. ¿Te das cuenta? ¡Ése es nuestro
destino preparado por nuestro Creador!
Dijo Jesús: “El que
cree en mí tiene vida eterna”. No lo dudes. Dios nos ama tanto que preparó todo para cumplir
ese anhelo que Él mismo puso en nosotros: vivir felices por siempre. Para eso, envió a su Hijo, Jesús, para que
creyendo en Él y en lo que hizo por nosotros, podamos tener el perdón de pecados
y la vida eterna. Solo tenés que creer en Dios, en su Hijo Jesús,
tomar la decisión de dejar lo malo. Pedir perdón por los pecados y recibir todo
lo bueno que Dios te regala en Jesús. Animate. Confiá en Dios. ¡Esa será la mejor
decisión de toda tu vida!
Ciertamente. Dios preparó el verdadero “felices por
siempre”. El Cielo y la felicidad son nuestros cuando creemos en Jesús y lo
hacemos Señor de nuestro corazón y nuestra vida.
“¡Dios, gracias por amarme tanto!
¡Gracias por preparar el Cielo para mí! ¡Gracias porque Vos querés que seamos
felices por siempre! Yo creo que Jesús es tu Hijo, que murió por mí y resucitó
para darnos vida y vida eterna. Perdoname mis pecados, ¡y sé el Señor
y Salvador de mi vida, Jesús! Quiero vivir de tal manera que otros puedan conocerte
y hallar el camino al Cielo. ¡Gracias por tanto, tanto amor!”