viernes, 6 de julio de 2018

Relativo

En este mundo de hoy todo parece relativizarse. Y "lo relativo" o "la relatividad" parece invadir todos los ámbitos. Podemos llegar a creer que todo es relativo, cuando, en realidad, no lo es. Se suele oír: "Es tu punto de visto, es tu opinión, por eso es relativo. Porque cada uno tiene su perspectiva personal". Sin embargo, no todo es relativo. 
 
En el universo hay reglas, que llamamos leyes; las que rigen los movimientos, órbitas y tiempos de los cuerpos celestes, y tantas otras que quizás desconocemos. En la naturaleza también hay leyes; en la biología y en la zoología, en la física. La ciencia las comprueba y las reconoce. De la misma manera existen normas que llamamos morales, y nuestra conciencia las conoce. Podemos, como humanos, discernir lo bueno de lo malo por la conciencia -el sentido innato. Todo eso NO es relativo ni sujeto a opiniones ni perspectivas individuales. 
 
La ciencia ha tenido que admitir, ante la evidencia, que existe una "Causa primera" que dio origen a todo lo que existe. Las leyes universales y naturales e incluso la experiencia, muestran la existencia de las leyes morales "escritas" en nuestra conciencia, de manera que todos sabemos cuando algo "está mal". Quien puso esas leyes, quien rige todo lo creado, quien dio al ser humano la conciencia y la moralidad es el Creador de todo, la "Causa primera", a quien nosotros conocemos como Dios. 

La Biblia, el libro que nos revela Quién es Dios, dice que todo lo creado existe porque Dios lo hizo para el ser humano. "Y vio que era bueno", dice la Biblia. Dios creó todo lo  bueno para que lo disfrutemos. Somos administradores de este planeta, ahora en crisis. Dios es real, un Dios grande y lleno de amor que quiere que lo conozcamos y seamos sus hijos. 
 
De tal manera Dios amó al ser humano que envió a su Hijo, Jesucristo, para morir y resucitar por nosotros para que hallemos camino al Cielo. La Biblia dice que a todos los que creen en Jesús, a todos los que lo reciben como Señor y Salvador, Dios les da el derecho de ser hijos de Dios. El que cree en Jesús tiene vida eterna. Y todo es gratuito, porque Dios no quiere que nadie se pierda. Es por fe, por creer en Jesucristo y en lo que hizo por nosotros.
 
Y esta es una verdad comprobable: vos podés comprobarlo. Podés disfrutarlo, en esta vida, y después de esta vida, en el Cielo que Él preparó para los que le aman. Millones y millones a lo largo de la historia lo hemos comprobado: ¡Dios es bueno! ¡Dios es real! ¡Dios nos ama!
Hablá con Él y comprobalo por vos mismo.

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