En la vida hay situaciones que
tienen sabor amargo… Sí. Es cierto. ¡Pero también hay muchas que saben dulce!... Puede resultar un exquisito placer ver con el paso de los años,
cómo Dios usó todas esas situaciones para hacer algo maravilloso en nuestro corazón y en nuestro carácter. La madurez, la compasión, la ternura, la misericordia, la mansedumbre.
Este año nuevo traerá dulzura y
sabores inesperados. Seguramente. Pero no tengas temor. Dios estará cada instante allí. Él prepara de antemano el camino que vamos a
transitar y va delante de nosotros para protegernos.
¡Vale la pena no desesperarse y
confiar en Dios! Él siempre es fiel y nunca falla. A esas cosas que te parecen amargas y difíciles Dios las tornará en buen fruto. para tu bien y para el bien de otros.
No reniegues de las circunstancias
difíciles: Dios usará todas para hacernos realmente plenos y felices.