jueves, 24 de noviembre de 2022

Me asombra

Nos asombran muchas cosas, a diario, que luego, con la asiduidad, se tornan comunes. Pero, ¡sigue asombrándome ese amor que no se cansa de esperar! Que despliega su favor con absoluta generosidad. Derrama bondad cada mañana aunque no haya méritos... y nos llena de esperanza. En este tiempo tan diferente, esa bondad resalta más que una pantalla mega gigante o un inmenso cartel de neón. 
 
Nunca deja de asombrarme. Amor único, incondicional; ese amor paciente, transformador y poderoso: el amor de Dios. Él quiere que todos sepamos cuánto nos ama y lo que ha hecho por nosotros. Por eso envió a Jesús. ¡Dios nos ama!
 
Él quiere que sepas que te ama tanto... Quiere que lo conozcas en verdad. Quiere acompañarte para siempre. El Dios que no se cansa de esperarte para bendecirte y cuyo amor no tiene fin. ¡De tal manera nos ama Dios!
 
¿Conocés a Jesús? ¿Tenés una relación personal con Dios, una amistad? Te invito a que le hables, con plena sinceridad. Él te escucha y te responderá. 

Te deseo una vida de la buena, de la que no termina. Te deseo una vida plena. ¡Una vida con Dios!

viernes, 18 de noviembre de 2022

Amar así

El amor verdadero está dispuesto a hacer sacrificios por el bien de otro si es necesario. Se dice que la medida del amor es el sacrificio. Si amás mucho, estarás dispuesto a sacrificar mucho por el ser amado. Si amás poco, la disposición será otra. Ciertamente es muy real en la práctica: vemos el sacrificio de padres por sus hijos, por sus familias; el sacrificio por amigos y seres queridos... El amor nos mueve, nos motiva, nos activa. Incluso nos hace férreos defensores, luchadores, estrategas, guerreros. 

¿De dónde sacamos ese amor tan noble, tan fuerte, tan puro? No fue la supuesta y ficticia evolución. No fue el resultado del azar ni de complejos procesos en el ADN de nuestros ancestros. El amor proviene de Dios. Nos referimos a ese amor tan noble que se diferencia totalmente de lo que muchos denominan "amor" pero que sólo es un conjunto de pasiones humanas, usualmenrte egocéntricas: El verdadero amor, que proviene de Dios, es puro. Dios es amor. Es la palabra que mejor lo define. Más aún, Dios mismo se reveló de esa manera.

Dios nos dejó la medida más alta de amor: Él dio a su Hijo Jesús para salvarnos del mal y del pecado. Jesús sufrió la cruz, murió y resucitó por amor a nosotros. ¿Lo sabías? Es que, se quedó en la cruz hasta morir porque era la única manera de salvarnos. Se quedó y murió... aunque tenía todo el poder y la autoridad para quitarse los clavos y bajar de esa cruz. Sin embargo, su sacrificio nos abrió el camino al Cielo, nos permitió volver al abrazo de nuestro Creador. Él hizo posible que seamos hijos de Dios, y Dios sea nuestro Padre. El Bueno, el Mejor, el Perfecto, al que, como padres, debemos imitar.

Y, además, ¡regala ese amor incomparable a todo el que quiera recibirlo! Para amar así, como Él nos ama.

martes, 15 de noviembre de 2022

La búsqueda

Cuando, ocasionalmente, se me pierde algo importante dentro de mi casa o en la oficina, "paro mi mundo",... paro todo, y me convierto en una especie de robot metódico, incansable, programado para encontrar indefectiblemente "eso". Lo busco meticulosamente, a conciencia, con toda mi capacidad de análisis, memoria y lógica, con todos mis sentidos, con toda mi fuerza, ¡porque urge encontrarlo! ¡porque es importante para mí! Seguro que a vos te ha pasado también...

Muchas veces sólo depende de la importancia que le damos al objeto en cuestión. ¿Qué valor le damos a la paz, a nuestra vida interior, a la felicidad o a la plenitud? Llega un momento en la vida de todos que afrontamos un dilema interno. Inquirimos en busca de sentido para nuestra vida. La razón es que fuimos creados con un sentido trascendente, con un propósito mayor que una existencia  corta y terrena. 
 
"Tenemos un vacío con forma de Dios", dijo alguien, aludiendo a que solamente Dios lo puede llenar de manera completa y perfecta. Hasta que lo hallemos no estaremos satisfechos ni plenos ni totalmente felices... sin importar lo mucho que poseemos o "nuestro buen pasar". Nada de eso puede llenar ese vacío: sólo Dios. 
 
¡Dios quiere ser hallado! Si lo buscamos de corazón, lo encontraremos, porque Él está cerca, no está lejos. Dijo Jesús: "Vengan a mí..." y también: "...al que a mí viene, no lo rechazo". 
Cuando encontramos a Jesús y lo recibimos en nuestra vida, hallamos esa plenitud incomparable y esa paz que no se puede describir con palabras. 

Si todavía no lo has hecho, te invito a buscar a Jesús. Tu vida cambiará para siempre. Te lo aseguro...pero, mejor aún, ¡comprobalo por vos mismo!

sábado, 12 de noviembre de 2022

Miraba sin verte

Miraba sin verte y abriste mis ojos.

¡Qué gris se ve todo

Si no veo tu amor!

Miraba sin verte en todas las cosas,

Y todas las cosas

Me hablaban de Vos.

 

Vivía sin oírte, aun cuando me hablabas.

¡Qué lejos creía que estaba tu voz! 

¡Y estabas tan cerca! Y estabas obrando,

Esa obra tuya en mi corazón.  


Las cosas creadas nos hablan de Vos. 

Y después lo supe, tan claro, tan fuerte,

Que basta creerte para conocerte

Y recibir tu amor.  

 

Y sin percatarme pusiste ese anhelo.

Muy dentro de mi alma clamaba por Vos. 

Y me encaminaste otra vez al Cielo, 

¡Con tanta ternura, mi buen Salvador!

 

Abriste mis ojos   

Y estabas ahí!

Donde siempre estabas, ¡a mi lado, en todo, 

Cuidando de mí!

lunes, 7 de noviembre de 2022

Laberintos

Hoy en día, y a pesar de un supuesto auge del ateísmo y del humanismo, hay una creciente búsqueda de “espiritualidad”. El materialismo ha saturado a muchos hasta el hartazgo y la banalidad ha acrecentado sus vacíos en vez de llenarlos. Esa búsqueda de algo más, de algo que perdure y dé sentido a la vida, en ocasiones lleva a internarse en diferentes caminos, algunos, incluso llenos de peligros. Podemos extraviarnos fácilmente en muchos laberintos si nos equivocamos de camino. Pero Dios, el Creador, dejó su mensaje para todas las generaciones, de manera clara y evidente. 

Dios mismo nos muestra el Camino para encontrarlo y evitar esos laberintos de oscuridad. Dijo Jesús: "Yo soy el camino y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6, La Biblia). Él nos ha revelado su amor y sus planes, con instrucciones claras para que podamos recibir esa plenitud que Él preparó de antemano. Nos ama tanto Dios, que envió a Jesús, su Hijo, el Camino que nos lleva a Él, para darnos acceso a la vida eterna. Sólo pide que le creamos y confiemos en Él. Que dejemos el pecado y volvamos a Él.

Debemos elegir. Todos debemos afrontar en algún momento esa decisión; es inevitable y necesaria. Todos necesitamos saber que, aunque somos mortales, nuestra vida trasciende. No acaba al dejar este mundo. Tenemos un alma inmortal, la esencia de nuestra persona, que sigue viva por siempre. Fuimos creados inmortales por Dios. El pecado del primer ser humano dejó, como una de las muchas secuelas, la muerte: al morir el cuerpo vuelve al polvo. Pero nuestra existencia eterna continúa. 

Por eso, recibamos lo que Dios nos ofrece gratuitamente por amor. Recibamos por la fe a Jesús.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Hogar

¿Cuesta entender que el amor verdadero simplemente ama, sin condición? A veces sí. Que Alguien nos ama de tal manera que dio su vida por amor a nosotros, para hacernos bien. Quizás sea por nuestra propia humanidad caída que desconfía por naturaleza. Quizás porque esperamos que los demás siempre pidan algo a cambio. Por eso incluso podemos ser reticentes a aceptar lo que Dios nos ofrece gratuitamente. Él es Dios. Él es el Creador, ¡y de Él procede todo lo bueno! Su voluntad y su anhelo es nuestro bien.

Seguramente, a todos nos gusta estar en el hogar, con los seres que amamos. Esperamos ese tiempo compartido, en un ambiente cómodo y relajado, en que, simplemente disfrutamos el estar.  Un tiempo diferente y sin el estrés de las horas de trabajo. ¿Sabías que nuestro Dios preparó un Hogar eterno para nosotros? Y Jesús nos dio entrada libre por la fe en Él.

Sólo nos pide que confiemos, que creamos en Él y recibamos lo que nos ofrece. Nos pide que creamos en Él y que nos apartemos del mal, porque nos ama como nadie más podría. Y, para quienes lo recibimos, es un honor obedecer sus preceptos y mandamientos y lo hacemos con alegría, ¡porque lo amamos! ¡El Cielo es nuestro Hogar!

¡Ah! ¡Si todos supieran que Dios es amor! ¡Si supieran que en Él hay perdón para todo aquel que crea y que quiera recibirlo! ¡Si todos supieran que hay un lugar tan bello que la mente no logra imaginar! ¡Si supieran que Aquel que nos ama preparó una eternidad de bien, de paz, de propósito y de alegría!

Por eso, no dejamos de decirlo, no dejamos de compartirlo, porque el mensaje del amor de Dios, el mensaje de salvación y vida eterna es el más trascendente y vital.

¿Ya conocés a Jesús? Si no lo conocés podés decirle:

!Señor Jesús, gracias por tu amor, por morir y resucitar por mí para darme perdón y vida eterna! Perdona mis pecados y dame un nuevo corazón para conocerte, amarte y servirte con alegría. Yo creo que sos el Hijo de Dios, y por fe te recibo en mi vida como mi Señor y Salvador y mi Dios. ¡Gracias, mi Señor! Amén