Sí, es cierto. Somos repetitivos. Insistentes. Reiterativos. Redundantes. Quizás, medio obstinados. Disculpas, de antemano... Pero, así somos, así soy, porque hay un propósito mayor. Mayor, incluso, que nuestra propia comodidad. Mayor, incluso, que mi deseo de no incomodarte.
Quizás el mensaje parezca incómodo al principio, pero, si lo aceptás, ¡sé que lo agradecerás a Dios por siempre! Agradeceremos juntos a Dios por siempre. Sin lugar a dudas. Ese propósito bien podría resumirse en esto:
Es muy importante que sepas que Dios existe y que existe una eternidad real. Aunque muchos digan lo contrario, existe, es real, invariablemente. Todos tenemos que saber que, mientras vivimos, decidimos donde viviremos toda la eternidad. Mientras vivimos, podemos decidir. Después, no.
La
Biblia nos dice: "Acordate de tu Creador en los días de tu juventud". El tiempo pasa y cambiamos tan
rápido que a veces no nos damos cuenta. "De repente" hay muchas canas y
necesidad de descansar más seguido al caminar, los ejercicios de siempre
ya no son factibles, casi seguro anteojos, hábitos arraigados y otros hábitos
nuevos, modificaciones aquí, cambios allá... Por eso insisto. Por eso
insistimos. La vida pasa más rápido de lo que quisiéramos, seguramente.
Hay sólo dos opciones: vida eterna con Dios, o muerte eterna lejos de Él. Cada uno de nosotros elegimos libremente. La buena noticia es que Dios nos da la oportunidad de elegir la vida eterna. ¡Es un regalo de Dios! Porque Él es bueno. Porque nos ama. No lo
merecemos, pero Él nos lo regala igual: eso se llama "la gracia de
Dios".
"Dios nos ama de tal manera que envió a su Hijo para que todo aquel que en él cree, no se pierda... sino tenga vida eterna".
Si aceptás el mensaje de Dios, si le creés, verás que esa es la mejor decisión de tu vida para siempre. Te lo puedo asegurar. Por eso insistimos: es demasiado importante. Tan maravilloso es, que, simplemente, ¡no te lo podés perder! Te invito a confiar en Dios...