miércoles, 30 de marzo de 2022

Muy amados

Todos debemos saber que somos muy amados. En este mundo de hoy en que nos jactamos del individualismo y la autosuficiencia, persiste más que nunca la necesidad de sabernos aceptados y amados. Una vida saludable no pasa solamente por la dieta o la actividad física. También incluye nuestras emociones y nuestras vida relacional. Las relaciones interpersonales son importantes. 

Probablemente nos percatamos del valor de nuestra existencia. No pasamos por alto la importancia de las cosas sencillas de la vida, la amistad, la familia, e incluso de esas palabras de aliento que llegan justo a tiempo. No obstante, la necesidad de ser amados permanece. Sí. Porque hay en nosotros un anhelo de eternidad. Un anhelo por el amor eterno que sólo viene de Dios. El afecto familiar y fraternal y la amistad no alcanzan para satisfacer el alma. Ese es un anhelo que sólo Dios puede colmar. 

Conocer a Dios y vivir en una relación personal con Él a diario, no sólo es importante sino vital. Por eso, todos debemos saber que somos muy amados por Dios. 

Él está atento a todo lo que nos ocurre. No estamos solos. No tenemos que afrontar en soledad los avatares de la vida.  Dios es un Dios cercano y bueno. Tan real y tan cercano que basta que lo busques de corazón para encontrarlo.

Sos tan valioso que Jesús dio su vida  por vos. Él murió y resucitó porque te ama como nadie puede, con amor infinito. Te regala una vida diferente y te da un nuevo rumbo para que tengas vida y vida para siempre.

miércoles, 23 de marzo de 2022

Transformados

Otoño platense. El aire huele a libertad, a fin de la pandemia que desafía y a la vez llama a prudencia. Avalanchas de niños y adolescentes que entran a clase disfrutando, al fin, las aulas. Este otoño nuevo que llega con susurros de brisas y de hojas; vientos frescos, remolinos. La cadencia de los pasos tranquilos bañados de la luz de marzo. El corretear al sol en las plazas y parques sin extrañar el frío ni el calor. El mundo sigue girando y renovando con su giro la faz de la tierra. 

Intento no pasar por alto esas percepciones matizadas de colores nuevos. La tibieza de las tardes. Las calles inundadas de árboles pincelados modo otoñal. Las hojas que vuelan y descansan sobre las veredas, los bancos de la plaza, los autos, los patios y el asfalto. 

De alguna manera,el otoño me resulta un tiempo para la reflexión. Me resulta bueno parar a considerar, ver en contexto las decisiones a tomar; qué puedo mejorar, qué comienzos, qué cierres, qué desafíos, qué crecimiento, qué afrontar y qué evitar. Los cambios son buenos. Quizás es hora de implementar algunos. 

Dios nos llama a cambiar todos los días. Necesitamos ser transformados: somos sus criaturas, su creación más preciada, pero Él quiere que seamos sus hijos. Envió a Jesús, para que todo aquel que cree en Él, reciba esa transformación interior y espiritual y el derecho de ser hecho hijo de Dios. Ese es el cambio fundamental. Desde allí somos perfeccionados para ser más como Él es. 

Que en este otoño incipiente puedas recibir lo mejor de Dios para vos: su presencia y su amistad para siempre.

miércoles, 16 de marzo de 2022

Yo te responderé

Necesitamos ser escuchados. Todos. Escuchar implica más que oír o asentir o acompañar con un monosílabo o una muletilla. Saber escuchar es algo que se aprende, se ejercita y se perfecciona y finalmente constituye una virtud. Cuando todo va bien o cuando las cosas no andan nada bien, en todo tiempo, necesitamos ser escuchados. Esa necesidad innata es vital para el desarrollo y para la salud. Sin embargo, la descuidamos demasiado en este siglo "hipertecnológico".

Ese escuchar de manera deliberada y atenta genera mucho bien. Incluso las dificultades parecen disminuir su impacto cuando compartimos verbalmente lo que implican. En ocasiones, quizás no podamos hacer mucho más que eso -escuchar- pero el hecho en sí constituye una ayuda.

Más aún, hay Alguien que siempre tiene la solución a tiempo, la ayuda y el socorro.  Él nos promete: "Clama a mí, y yo te responderé" y su respuesta siempre es más de lo que esperamos. Él es Dios, el Dios todopoderoso. 

Dios es un Dios que escucha y responde. Está interesado en todo lo que vivimos. Le importamos tanto que anhela escucharnos todos los días. Dispuso todas las cosas para nuestro bien, aquí y ahora y también en el futuro para siempre. 

Dios, nuestro Creador, quiere ser, además, Padre nuestro. Por eso envió a Jesús, para que todo aquel que crea en Él pueda ser hecho hijo de Dios. La única condición es creer en Él y creerle a Él.

Jesús vivió, murió y resucitó para darnos acceso al Padre, para darnos vida verdadera. ¡Hizo posible una maraviloosa relación con Dios! Por Jesús podemos ser hijos del Padre Perfecto. Tenemos la posibilidad de hablar con Él y de escucharlo, siempre.

¿Ya disfrutás del hablar con Dios? ¿Conversás con Él y lo escuchás como a un Amigo? Él mismo lo hizo posible porque nos ama infinitamente.Sus promesas son para todo aquel que le crea y lo ame. Experimentalo por vos mismo.

miércoles, 9 de marzo de 2022

Guerras

Nos levantamos cada día dando por supuesto muchas cosas. Planificamos el futuro, en pos de esa estabilidad que implica "sentar cabeza", tener un hogar, una familia, crecer y proyectar, extendernos. Muchas veces, en esa vorágine de la prosecución de nuestras metas, nos olvidamos, simplemente, de disfrutar lo que ya tenemos. 
 
La guerra contra Ucrania los sorprendió, desbaratando su tranquila vida diaria, cambiándola de golpe, a fuerza de proyectiles y misiles. Hay conflictos bélicos en otros países, pero, la diferencia es que en algunos lugares ya llevan años de duración. Este en proceso nos dejó boquiabiertos y nos recordó valorar lo importante. La internet hizo posible ver como nunca, a nivel global, en vivo y en directo, la atrocidad de los ataques y sus consecuencias inmediatas. Horroriza. Incluso desde la comodidad del hogar, desde nuestro lugar de paz y a la distancia, conmueve. 
 
Para miles ha significado el derrumbe de todos sus logros y la interrupción de todos sus sueños. Han perdido todo o lo han tenido que dejar todo a merced de los misiles, manteniendo consigo lo poco que pueden llevar en la marcha urgente hacia las fronteras. Las guerras no se entienden racionalmente; no hay razón posible que pueda justificarlas. Pero, aun en tales situaciones límites, Dios quiere ayudarnos. Depende de nosotros permitirlo, buscar su ayuda. 

Tanto en Rusia como en Ucrania las familias sufren por sus seres queridos. Acerquemos a esas personas al corazón de Dios en oración. Dios los ama, como siempre, con su amor infinito, y ciertamente los abrazará con su socorro. Todos necesitan muchas cosas, pero la presencia de Dios a su lado, es lo primero. Quizás no encuentren todavía las respuestas buscadas, pero en Dios hallarán paz y aceptación incondicional.

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." (Romanos 5:8, La Biblia).