martes, 29 de mayo de 2012

Él nos amó primero

Al ver la bondad y el amor que Dios nos da comenzamos a amarlo, con su amor inigualable.  Comenzamos a vivir de otra manera: hacer el bien se torna una forma de vida. Hacemos el bien por amor a Aquel que nos ama, por gratitud y por consecuencia de ser amados. 
Al conocerlo más empezamos a hacer lo que sabemos que le agrada. Damos el bien que recibimos; amamos a otros porque somos muy amados. Y a Dios le agrada. No nos mueven las razones egoístas, ni buscamos recompensa de los hombres. Nos motiva el saber que a Él le complace que imitemos su ejemplo de amar sin condiciones. Amamos a Dios porque Él nos amó primero. Amamos, entonces, con el mismo amor que recibimos.
Si algo nos pide Dios, es que le permitamos bendecirnos. Lo hacemos cuando le creemos, cuando confiamos en su voluntad. Por la fe en Él recibimos todas las cosas: la vida nueva, la vida eterna, perdón de nuesros pecados, paz y todo lo bueno que preparó para nosotros. Porque el Dios que nos dio la vida preparó nuestro futuro por toda la eternidad.
"Cree en Jesucristo y serás salvo", dice la Biblia. Creele a Dios. Creé en Jesús y podrás comprobar su amor y la absoluta verdad de todo lo que digo, y más. 


martes, 22 de mayo de 2012

Los platos pueden esperar

El largo día de trabajo se siente sobre los hombros.

Después de la cena, los platos esperan apilados en la mesada. Todavía el rito de preparar la ropa para el próximo día no se inicia. ¿Quizás sea necesario hacerlo todo un  poco más rápido? Y finalmente poder ir a descansar.

Mientras el agua corre y el detergente cae sobre la esponja, se escuchan pasitos suaves,  de medias en el piso y unos ojitos bien abiertos se asoman detrás del libro, se escucha una pequeña carcajada y el pedido no se deja esperar.

¿Leer? ¿A  esta hora, con todo por hacer?

"Sí, sí, es cierto que ya es la hora de ir a la cama. Bueno, vamos a leer tu libro..."

Con un ojo en el reloj y otro en las páginas del cuento, casi saltando de párrafo en párrafo, la historia llegó a su fin. La oración y el beso de buenas noches dichas casi en una sola frase y la protesta sobre leer otro cuento más aparece en su carita...

Detenerse un momento... A veces, sólo es necesario detenerse. Si no nos detenemos, ¿cuántos abrazos, besos, cuentos, oraciones y juegos sin disfrutar, perdidos para siempre? 

Los platos nos pueden esperar; ellos no. Sólo serán niños esta vez.

 

Podés encontrar las palabras de Jesús en: Lucas 10:40 - 42.