martes, 30 de junio de 2020

Otra vez

Me despierta imperceptible, cariñosamente. Otra vez me abre los ojos con esta luz diurna. Hace rato que ya amaneció. Quiere mostrarme todo lo que ha hecho para hoy. Su poder me levanta y me infunde confianza para afrontar el nuevo día. Pone en mi corazón nuevos latidos; aire nuevo a mi respiración. La gratitud surge espontánea y somnolienta. La mente comienza a hilvanar palabras desde el corazón. Este día que Él hizo, comienza. 
¡Qué dicha conocerte, Dios bueno, Dador de la vida! Puedo agradecerte, en cada despertar, el saber que tu amor nos ha dado la vida.
 
Voy a asumir con seriedad las responsabilidades. Pero también voy a reír y a carcajadas. Voy a trabajar y tomar decisiones. Voy a amar y a perdonar. Quizás llore por algo (¡ojalá no!). Quizás haya preocupaciones o temores; ansiedad, impaciencia. Pero, voy a hablar con Dios a lo largo del día para que su consejo me dé sabiduría, para contarle todo. Para pedir su ayuda, para lidiar con cosas,  no sé... o sólo para charlar y disfrutar la charla. Hablaré con mi Dios que me ama, que me despierta y me da vida. 
 
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12). Si recibís a Jesús, si creés en su nombre, serás hecho hijo de Dios. Sabrás que, al despertar, Él abre tus ojos al nuevo día con ternura.
Y, además, por supuesto, ¡tu vida será transformada para siempre!

Invierno

Llueve sobre la ciudad. Los árboles sin hojas dibujan un paisaje  diferente. Todo se ve más gris. Algunos pocos árboles exhiben hojas frías y perennes. El sonido del viento prevalece por encima de los ruidos urbanos. Mi ciudad, casi dormida. El chapoteo de ruedas en el agua. El caminar apresurado, las corridas. Las nubes grises y la lluvia quitan luz a la tarde. 
 
Hay tiempos diferentes. Algunas personas se entristecen con los días lluviosos. Pero, podemos encontrar alegría en lo cotidiano; hay motivos de gozo, si buscamos. Hoy el invierno me recuerda que después de las tormentas y la lluvia vendrá otro tiempo,  que existe un Creador, que hay esperanza. Un  nuevo comienzo. El invierno también es necesario, como es necesario  descansar, dormir,  pensar calladamente. ¡O disfrutar la delicia de tomar algo caliente junto al fuego! Tiempo de aquietar el alma y dejar la ansiedad. Porque Dios cuida de nosotros. 
 
Si estás pasando por un "invierno" que no entendés, detenete un momento y pensá en esto: Aunque veas lágrimas en la lluvia, aunque parezca que no hay salida, pensá que eso también pasará. Las pruebas no duran para siempre. El Dios que te ama te ayudará. Como hoy a mí, Dios alegra siempre el alma de sus hijos. Hablá con Él, como con un amigo; pedile ayuda, contale todo. Él pone el calor de su amor donde hay frío y el abrazo de su presencia. Verás que la lluvia también es risa que canta en las calles y en los techos; alegría que corre y sacia el alma. 
 
Dios da fuerza y vida donde todo parece muerto. ¡Con Dios todo es posible! El Dios que creó el invierno, creó también la primavera para hacernos saber que la tormenta pasa, que el frío pasa; lo estéril y lo yermo se convierte en valle y en jardín. Dios está a tu lado, y camina con vos, en todo tiempo. No permitas que la prueba obnubile tu mente. Confiá en Dios. Hay futuro con Él. ¡Tu primavera llegará pronto!

viernes, 26 de junio de 2020

Esperanza

En momentos de agobio no pensamos bien. Los tiempos difíciles pasarán; no duran para siempre. Cuando nos supera el peso de lo negativo, debemos detenernos y frenar el impulso de seguir acumulando pensamientos abrumadores. Abocarnos a llegar a una solución. Podemos sacudirnos, respirar hondo y decidir conscientemente pensar de manera más objetiva. Las emociones se irán acomodando al ritmo de los pensamientos renovados.  
 
Solemos olvidar muchas cosas positivas cuando estamos en situaciones apremiantes. Traigámoslas a memoria. También solemos olvidar cuánto nos ama Dios. Él quiere que recordemos que hay esperanza, porque nuestra esperanza es Él. Nuestra ayuda es Él y siempre está con nosotros. Hay esperanza. Hay futuro con Dios. No perdamos la confianza. Esperemos en Dios a pesar de todo y busquemos su ayuda.

Podemos hacer de nuestras circunstancias inexplicables un nuevo comienzo con la ayuda de Dios. Un comienzo diferente que nos asombrará porque Dios está interviniendo a nuestro favor en el asunto.

¿Conocés a Jesús? A todos los que creen en Él les dio derecho de ser hijos de Dios. Con su compañía renueva nuestra esperanza y la certeza de que está con nosotros.

Nunca estamos solos. No estás solo. No te desesperes. Solamente poné tu confianza en Dios. Contale todo lo que pasa, lo que viviste o estás viviendo. Él te entiende como nadie. Hablale y recibí su amor. Podrás conocerlo como a un amigo. Hoy mismo. Podrás tener paz y alegría en medio de la adversidad porque, para los que creemos en Él, todo resulta para bien.

jueves, 25 de junio de 2020

Todo para vos

Los primeros fríos verdaderos del sur. Ciudad de La Plata. Capital de la provincia de Buenos Aires. Hoy observo desde aquí las maravillas.
Solemos dar por sentado muchas cosas: el nuevo día, el aire fresco, el oxígeno y la luz. A veces, olvidamos que Dios hizo todo lo que existe. Y lo hizo todo bien. Miro al cielo y recuerdo que Dios, todo esto, lo hizo para mí.
Creó el alba y el atardecer. El sol, la luna, las estrellas, todo. La tierra en condiciones perfectas para que vivamos aquí. Él lo hizo. Puso leyes a la creación para cuidar de la humanidad, con amor, aunque muchos no le conocen todavía. Muchos no pueden perciben el amor de Dios en su vida diaria.  

Se ha determinado que si la tierra estuviera unos grados más lejos del sol, toda vida en la tierra se congelaría. Si estuviera unos grados más cerca, moriría de calor. ¿Quién puso la tierra en la posición perfecta para que pueda desarrollarse vida? Dios, el Creador. ¿Quién creó toda la belleza y majestuosidad que vemos en nuestro planeta. Dios. ¿Quién le puso leyes para que permanezcan en un ciclo perfecto y sincronizado todas las cosas creadas? Nuestro Dios. Dice la Biblia: "¿Has conocido tú... las maravillas del Perfecto en sabiduría?" (Job 37:16).

Por medio de Jesús, podemos conocerlo y conversar con Él. Vivir con su compañía como hijos de Dios. "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12).

Nuestra perspectiva cambia completamente cuando conocemos a Dios de manera personal.  ¿Vos conocés a Dios, así? ¿Conocés a Jesús? Podés hacerlo. Simplemente pedíle conocerlo, con todo tu corazón. Él te ayudará. Y transformará no sólo tu perspectiva, sino toda tu vida.Todo lo que existe, Él lo hizo para vos. Para que lo disfrutes y para que puedas conocer cuánto te ama.