jueves, 29 de junio de 2023

Sobrevivientes

Tardes de invierno que invitan a reflexionar, con ese querer estar en casa, lejos del frío imperante en las calles. Quizás no lo entendemos cabalmente todavía, pero ¡qué afortunados somos de ser los sobrevivientes! Sobrevivientes de mucho... y de la pandemia del siglo XXI. Se nos ha concedido la vida y posibilidades. ¡Realmente, no es casualidad que estemos vivos! ¡Cómo no valorar de manera consciente la vida, la familia, los amigos, los afectos y esas preciadas "cosas rutinarias" que le ponen miel y sal a la vida diaria!

Mientras escribo, un ocaso precioso, lleno naranjas y de rojos, bermejos y carmines me atrae a la ventana. Mi música de fondo, el lento caer de las sombras vespertinas sobre los árboles vecinos, las luces que comienzan a brillar en casas y edificios. Mi gatita friolenta, desaparecida bajo sus mantas invernales, dejó de ronronear inmersa en su sueño profundo junto a la estufa. El mate a la derecha y el celular en calma. Sin curiosidad de redes ni noticias mundiales. Los libros. La mirada sin prisa. La familia, a solas, antes de la merienda suculenta que retrasará la cena. Podrían parecer nimiedades, pero, lo cuento, porque tal vez haya un "antes" diferente.

"Antes de la pandemia" quizás ni observábamos el atardecer, y las mascotas nos despertaban de la "hipnosis" de pantallas en que vivíamos. Ni notaríamos la música de fondo, ahogada en el bullicio de nuestro propio afán... Por eso, sobreviviente, recordemos darle más vida a los días, poner una cuota más de fuerza y mantener la esperanza de un porvenir que no es casual. 

El hecho de ser un sobreviviente significa otra oportunidad para conocer al que nos rescató. En una crisis sanitaria global, sobrevivimos y no por casualidad. ¡Que esa certeza nos anime! Dios nos concede la gracia de ver, con otros ojos, la vida, las personas y los planes, para que podamos acudir a Él y conocer su Plan perfecto para nosotros.

Jesús dio su vida para que podamos vivir para siempre, para liberarnos del mal y de la culpa. ¡Él es el único que venció a la muerte! El único que da vida eterna, esa vida verdadera que nunca terminará. Y la ha prometido a todo aquel que crea y deposite en Él su confianza. Él es Dios. ¡Y para Dios, nada es imposible!


miércoles, 21 de junio de 2023

Concédeme

Concédeme encontrarte día a día

En aquellos que viven y transitan

El precioso Camino de la Vida

Con lágrimas y risas.

 

Es que verte en sus ojos me motiva

A querer encontrarte en el que mira.

Si él no te conociera, le guiaría

A rendirse a la Fuente de Alegría.

 

¡Bendita verdad que gritaría!:

Conocer al Dador de tanta Dicha,

Aceptar ese amor que nos da Vida

Es un gozo ¡que jamás termina!


 

 


sábado, 17 de junio de 2023

Artes

A las seis manifestaciones clásicas del arte (pintura, escultura, música, literatura, arquitectura, danza) se sumó el así llamado "séptimo arte", el cine. Con el surgimiento de las artes visuales, el diseño y la utilización de nuevas técnicas, materiales y tecnologías, encontramos una diversidad de expresiones artísticas. Constituye, el arte, una clara muestra de una característica humana distintiva: la capacidad innata de crear, percibir, reconocer y disfrutar la belleza y admirar su valor estético. ¿Quién no se ha deleitado con la manifestación de estas "bellas artes"?
 
El arte deleita, conmueve, impacta, emociona y conmociona el alma y los sentidos. Ciertamente resulta innegable que esta creatividad no es producto del azar o la evolución. Tampoco lo es esa capacidad perceptiva que nos conmueve al observar una obra de arte o escuchar una pieza musical de excelencia. 
 
Si bien persiste la argumentación sobre la supuesta evolución humana, puede afirmarse de manera categórica que es prácticamente imposible que el azar produzca tales manifestaciones estéticas y tales capacidades perceptivas. 

Dios nos ha dado la facultad de percibir la vislumbre de su perfección, belleza y majestuosidad, ya que todo lo bello, maravilloso y bueno proviene solamente de Él. ¿Cómo no anhelar conocer al Creador de tanto bien y hermosura? Él quiere darse a conocer a todos. Más aún, Él se ha dado a conocer al mundo por medio de Jesús y nos ha dejado la evidencia de su mensaje escrito para todas las generaciones.

Te invito a conocer al Autor de los autores, al Creador de los creadores, al Hacedor de todo que enseñó al hombre las artes, las ciencias y las maravillas de la belleza. A Jesús.

lunes, 12 de junio de 2023

Soneto

Que dicha es, oh Señor, el compartirte,

Pues nada se compara con tu gracia,

Y ver al corazón que ésta alcanza,

transformado, amarte, ¡por siempre seguirte!

 

¡Oh, haz que puedan acercarse a miles

Todos los sedientos del Agua que sacia!

Que encuentren en Ti todas esas almas

Ese Amor Eterno que los hace libres.


¡Que los que están lejos te puedan oír!

El Dios de la gracia hoy también los llama

A ser herederos de Vida sin fin.

Pues no sólo importa esta vida aquí

Ni aun la muerte quita la esperanza:

¡Cual regalo el Cielo han de recibir!

 

miércoles, 7 de junio de 2023

Tesoro perdido

Hay quienes viajan a países lejanos, escalan montes, se exponen a inclemencias y peligros, a ritos, a lo que sea, para encontrar ese tesoro perdido. Se busca la paz como un tesoro. Realmente, la paz es el tesoro perdido más buscado en todas las generaciones. Se la busca en muchas cosas, en el bienestar, en el dinero, en el adormecimiento de la mente y de los sentidos, en técnicas de respiración o en los mantras; en la cadencia de los movimientos o en el vacío de la huida mental, en los Himalayas, en el Tíbet. ¿Dónde se va la paz que hay que salir a buscarla, desesperados? ¿Y por qué?

La buscamos con desesperación porque la necesitamos. Sabemos que existe esa paz, la que perdimos como humanidad en los caminos iniciales de la historia. La que trae gozo y plenitud. La paz que el Creador nos había dado. La necesitamos.

No fuimos creados para esa incertidumbre y ese vacío caótico que implica la falta de paz. Esa no era nuestra naturaleza ni nuestro propósito. Perdimos la paz cuando nos alejamos de Dios. Cuando lo negamos o simplemente no creemos en Él, no hay paz. Sin Él la paz se esfuma como el humo en el viento, porque ÉL ES NUESTRA PAZ. 

El único que puede darnos la paz tan anhelada ¡promete dárnosla! Lo hizo posible por medio de su Hijo, Jesús. ¿Por qué no acudir a Él? Jesús nos dice: "La paz les dejo, mi paz les doy". Podemos recibirla, creyendo en Él. Es una promesa para todo aquel que crea en Él. Así. Sin escalar ningún monte ni visitar ningún monasterio porque no hay nada ni nadie fuera de Él que pueda darnos esa invaluable y preciosa paz. 

Que no se turbe tu corazón ni tenga miedo, porque Jesús vino para darnos la paz que perdimos.

Podés recibir a Jesús en tu vida, aceptarlo, creerle. A todos los que le recibieron, a los que creen en Él nos ha dado el derecho de ser hijos de Dios. Y como hijos de Dios, ¡volvemos a disfrutar de esa paz tan preciada que nos llena de alegría y de vida!

La paz que Jesús nos da es la verdadera paz. La paz que permanece en toda circunstancia. La paz que nos da seguridad, esperanza firme y vida eterna.

¿Has estado buscando paz sin hallarla realmente? Vení a Jesús y hablá con Él. Y entonces vas a disfrutar de la paz incomparable de Dios en tu vida, esa paz que sobrepasa todo entendimiento.



viernes, 2 de junio de 2023

Amores

Hoy en día estamos acostumbrados a oír la palabra amor en una infinidad de aplicaciones y contextos, tantos que podría decirse que tergiversan su sentido real. Pero el amor verdadero es distinto y claro, inconfundible. Es pureza. Es alegría. Es amor que da y se brinda. Y no hace daño, no es egoísta ni violento.  No busca su propio bien sino el de la persona amada. Se muestra en hechos. No lo detiene la adversidad. Puede realizar sacrificios por el bien de otros. No todos lo conocen. No todos lo experimentan. Quizás por esa razón le llaman amor al enamoramiento, al arrebato pasional pasajero, o a la simple pasión momentánea. 
 
El Amor es tan valioso y único que no alcanzamos a comprender cabalmente: Lo percibimos como una vislumbre de algo mayor que escapa a nuestra capacidad de análisis. Porque no surge de la nada y no es nuestro: lo hemos recibido. Lo recibimos de Dios. Dios nos ama más allá de lo que podemos imaginar con un amor incomparable y sin fin. Él es el Creador y al crearnos nos dio la capacidad de amar y ser amados al poner en nosotros esa pizca divina del Amor infinito que es su principal característica. 

Por eso, no hay "amores". Hay Amor y una inmensa cantidad de manifestaciones de sus facetas: amor filial, amor conyugal, amor que es distintivo del compañerismo y la amistad y todas las variables que surgen de ello. La ternura, el afecto, el cariño, el apego, el afecto entrañable, el amor por las mascotas, el disfrute de lo bueno, son como afluentes de ese caudal único que nos ha sido dado por el Creador.

Dios es amor. Y tanto ama Dios al mundo que ha dado a su Hijo sin igual, para que todo el que crea en Él no se pierda sino que halle en Dios la vida y la vida eterna.

Dios te ama. ¡No podría ser de otra manera!... Él se alegra en hacer bien. Anhela que todos lo conozcan, que todos lo reciban, que todos se salven, que nadie se pierda.

¿Ya lo conocés?