¡Qué seguros que
andamos cuando conocemos el camino! Cuando nos toca ir por lugares desconocidos
andamos con cautela, inseguros, alertas. Muchos piensan cuál será el camino al
Cielo. Cómo llegar a ese lugar de felicidad eterna. Qué hay que hacer para
llegar allí. ¡Cuál es en verdad el camino!
Jesús dijo: “Yo soy el camino…y la verdad y la vida”. ¿Qué hay que hacer?
La Biblia lo dice. Dice que todos los que creen en Jesús, y lo reciben como Salvador y
Señor, ¡tienen el derecho de ser hijos de Dios! Y Dios se convierte en su Padre
Perfecto, el Padre nuestro que está en el Cielo.
La respuesta es, entonces, que ¡Jesús es el camino al Cielo! Podemos
andar seguros cuando nos rendimos a Él y lo hacemos Señor de nuestra vida. Podemos tener la certeza de la vida eterna. Podemos estar seguros de que el Cielo será nuestro futuro Hogar.
“Jesús, creo que
sos el Hijo de Dios; creo que sos el camino al Cielo. Vos lo dijiste. Perdoname
por andar por caminos equivocados, por hacer lo malo. Y ayúdame a vivir como te
agrada. Quiero que seas mi Señor y Salvador, que me muestres cómo vivir
cada día. Quiero conocerte y seguirte. Quiero tu compañía. Que camines conmigo. ¡Gracias por amarme y tenerme paciencia!
¡Gracias por hacerme un hijo amado de Dios!”