Dios me ama tal cual soy. Pero si creo en Él y recibo su amor, ese amor único ¡me transforma! Y no seré igual desde ese mismo momento. Es una verdad maravillosa que revoluciona nuestro pensar y nuestro andar. Ya no somos los mismos cuando aceptamos el amor de Dios. La Biblia lo llama “nacer de nuevo”. Somos nuevas personas. Con una vida nueva, espiritual y preciosa. Dios comienza a hacer una obra inexplicable en nuestro interior. Solamente el amor de Dios nos perfecciona día a día.
La existencia es hermosa porque es un regalo de Dios, pero la vida como hijos de Dios es maravillosa y para siempre. Recibimos un corazón nuevo y el poder
para vivir de una manera diferente, que agrada a Dios. Nos da una nueva perspectiva
y nos revela sus propósitos, sus planes. Dios preparó de antemano nuestro futuro, un futuro de gozo, ¡para
siempre!
"Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa" (Romanos16:31).