martes, 15 de mayo de 2018

Amor que transforma

Creo que no hay nada tan gratificante como el hecho de que nos amen tal cual somos. Nos sentimos muy bien cuando nos aceptan con nuestras virtudes y defectos, nos comprenden y perdonan y nos ayudan a mejorar. Sin embargo, es una responsabilidad individual el procurar ser mejores personas. No debemos quedarnos en que tenemos "mal carácter" y todos lo deben aceptar. El conocerse implica buscar corregir las conductas y hábitos que pueden resultar nocivos.

Dios me ama tal cual soy. Pero si creo en Él y recibo su amor, ese amor único ¡me transforma! Y no seré igual desde ese mismo momento. Es una verdad maravillosa que revoluciona nuestro pensar y nuestro andar. Ya no somos los mismos cuando aceptamos el amor de Dios. La Biblia lo llama “nacer de nuevo”. Somos nuevas personas. Con una vida nueva, espiritual y preciosa. Dios comienza a hacer una obra inexplicable en nuestro interior. Solamente el amor de Dios nos perfecciona día a día.

 La existencia es hermosa porque es un regalo de Dios, pero la vida como hijos de Dios es maravillosa y para siempre. Recibimos un corazón nuevo y el poder para vivir de una manera diferente, que agrada a Dios. Nos da una nueva perspectiva y nos revela sus propósitos, sus planes. Dios preparó de antemano nuestro futuro, un futuro de gozo, ¡para siempre!

"Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa" (Romanos16:31).