miércoles, 22 de febrero de 2012

Cómo Él nos ve

 Creados a su  semejanza

 ¡Cuántos conflictos internos surgen del no aceptarse a uno mismo! Y es algo que va más allá de esos “gustos paradójicos” que muchos solemos tener: si tenés cabello lacio, querés rulos y si tenés rulos, te los planchás, etc. El concepto cultural de belleza está plagado de contradicciones, y con su desequilibrio causa estragos, sobre todo, en las mujeres. Un tema que nos atañe a todas.  Mujeres de toda edad sufren los efectos de los caprichos de la moda al punto de poner en riesgo su salud y su vida. Sin embargo, muchos ignoran una tremenda verdad:

¡Tu belleza viene del Cielo!.. Una belleza que no se marchita y que no se sujeta a los estándares de la tierra, porque viene del Creador. La salud física y emocional comienza con el aceptarnos y mirarnos con una óptica diferente, con los patrones de la “estética del cielo”. Si nos medimos por los parámetros erróneos terminaremos cayendo bajo la presión que imprimen.

Dios “todo lo hizo hermoso”. Él nos creó y lo hizo a su semejanza. De modo que hay algo, una vislumbre de la belleza divina enc ada ser humano. Más aún: Él se reserva el derecho de hermosear a sus hijos, porque su presencia es hermosura.

Que Dios abra tus ojos hoy para que veas la belleza que Él puso en vos y en los demás -esa belleza que resalta por ser única. 

Tener hábitos sanos, amarse y cuidarse, significa valorar lo que Dios considera lo más valioso del universo: tu vida y tu persona.

“...Hermoseará a los humildes con su salvación”  (Salmo 149: 4b)