Y sin embargo, todo eso, y todo lo que consideramos hermoso y bueno en este mundo, es apenas un destello de la bondad del Creador. Incluso las virtudes y las buenas acciones, las cosas materiales que son de beneficio, la naturaleza misma.
¿Tenés un buen cáracter, una agradable forma de ser, buenos deseos, un corazón sensible y compasivo, una mente sana y activa? Indudablemente, es regalo de Dios ya que de Él proviene todo lo bueno. Nuestras "bondades" son apenas un mero reflejo de la bondad de Dios. No podemos ni imaginar qué grande y maravillosa es su bondad...
¡Dios es amor! De tal manera nos ama Dios, que incluso cuando la humanidad le dio la espalda eligiendo lo malo, Él no dejó de amarnos. Envió a Jesús, su Hijo, para mostrarnos el camino de regreso a Él. Y "... a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios".
Él es el origen de toda bondad y perfección, el Dios de amor, el Dios que perdona, el que transforma nuestro corazón, cada día nos da la oportunidad de buscarlo y conocerlo.
Conocer gente buena nos alegra el alma... ¡imaginate cuánto más conocer a Dios, "el autor de lo bueno"!
¿Ya lo conocés?