lunes, 27 de febrero de 2023

Destellos

En este mundo de hoy convulsionado y en crisis alienta encontrar situaciones y personas que perseveran en el optimismo y en hacer el bien. Que no claudican ante la decadencia moral sino que persisten en sus valores y en sus convicciones. Quienes buscan el bien común, movidos por el amor y la compasión sin banderas políticas ni intereses ocultos. Quienes desbordan bondad espontáneamente... Son como un soplo de aire fresco en una sociedad llena de "smog moral".

Y sin embargo, todo eso, y todo lo que consideramos hermoso y bueno en este mundo, es apenas un destello de la bondad del Creador. Incluso las virtudes y las buenas acciones, las cosas materiales que son de beneficio, la naturaleza misma. 

¿Tenés un buen cáracter, una agradable forma de ser, buenos deseos, un corazón sensible y compasivo, una mente sana y activa? Indudablemente, es regalo de Dios ya que de Él proviene todo lo bueno. Nuestras "bondades" son apenas un mero reflejo de la bondad de Dios. No podemos ni imaginar qué grande y maravillosa es su bondad...

¡Dios es amor! De tal manera nos ama Dios, que incluso cuando la humanidad le dio la espalda eligiendo lo malo, Él no dejó de amarnos. Envió a Jesús, su Hijo, para mostrarnos el camino de regreso a Él. Y "... a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". 

Él es el origen de toda bondad y perfección, el Dios de amor, el Dios que perdona, el que transforma nuestro corazón, cada día nos da la oportunidad de buscarlo y conocerlo.

Conocer gente buena nos alegra el alma... ¡imaginate cuánto más conocer a Dios, "el autor de lo bueno"!

¿Ya lo conocés?


lunes, 20 de febrero de 2023

Lejanía

Existe un dilema respecto de la cercanía de Dios y la humanidad. Hay quienes dicen -quizás a modo de reproche- que Dios existe pero está alejado y lejano e indiferente.  Y hay quienes no quieren estar cerca de Dios, porque no lo conocen,  y de alguna manera "se alejan" de Él y evitan siquiera mencionarlo. Aún así, ¡Dios está muy atento y pendiente de nosotros porque nos ama infinitamente!

Desde la creación, en el Edén, Dios ha estado cerca de su creación más maravillosa, el ser humano. El primer hombre y la primera mujer disfrutaban de la presencia y la cercanía de Dios, hablando y compartiendo con Él. Sin embargo, la desobediencia alejó a la humanidad toda de Dios. Primero fue una separación y un distanciamiento espiritual, porque el pecado no puede estar en presencia de Dios. Y en segundo lugar, fue un alejamiento en lo físico porque dejaron el Edén alejándose del lugar donde paseaban con Dios. El pecado los separó de Dios y los alejó.

No obstante, Dios nunca se aleja. Ellos se alejaron al permitir el mal en sus vidas y eso quebró la unión y comunión con el Creador. Eso no era lo que Dios quería, pero el ser humano eligió, y eligió mal.

Pero Dios,que nos ama con amor eterno, proveyó una solución por medio de su Hijo, Jesucristo: Jesús, por medio de la fe en Él, restaura lo que pasó, nos rescata y nos acerca. Más aún, restaura esa estrecha relación de la comunión con Dios.

Nuestro corazón está lejos de Él cuando no le creemos y por esa razón tenemos la percepción de lejanía; pero Él está cercano. Él es Omnipresente, es decir, está presente en todo lugar al mismo tiempo. No está lejos. Podemos elegir: creer en Jesús que vino a restaurar lo que pasó y devolvernos la presencia de Dios; o permanecer lejos sin saber que Él está ahí a nuestro lado, esperando que nos decidamos a creerle. Elijamos bien. Por eso podemos elegir.

Esa lejanía que sentís es sólo la distancia que el pecado puso entre vos y Dios. Pero Jesús vino para quitar el pecado del mundo y hacernos hijos de Dios. Podemos volver a Dios aceptando su regalo invaluable: a Jesús. A todos lo que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Y como hijo, ¡recibimos el abrazo de Dios nuestro Padre Perfecto!


lunes, 13 de febrero de 2023

Porción extra

La mayoría de las veces un malentendido puede solucionarse con una charla y y una buena actitud. Dos ingredientes importantes, imprescindibles. Aun así, en ocasiones es difícil aclararlo de manera que ambas partes estén satisfechas. Alguien dijo que lo mejor es ponerle a todo "una porción extra" de amor. Significa que, si en el proceso se me está acabando la amabilidad, debo agregar "otra porción" y seguir siendo amable. Si me estoy impacientando, debo agregar "otra porción" y persistir siendo paciente. Si persiste el malentendido y se caldean los ánimos, debo ejercer el dominio propio. Si veo que no es suficiente, agrego una porción extra de dominio propio y mantengo la calma. ¡Qué importante es no "agotar" esas actitudes que nos permiten mantener la paz con todos!

Puede sonar irrisorio cuando vemos tantos casos de violencia por lo que podríamos considerar nimiedades.  Qué necesario es en este mundo de hoy, más que nunca, proceder con diálogo, amabilidad,  amor, paciencia, y dominio propio. Quizás consideres que es imposible. Pero no lo es. Persistamos en no transigir ante la actitudes hostiles y groseras que quiera instalarse como la norma obvia, porque no lo es. No debemos conformarnos con que la violencia imperante se instale como forma de vida. El carácter, las circunstancias, el entorno, no son excusas para evadir nuestra responsabilidad de ser diferentes. 


miércoles, 8 de febrero de 2023

Amar

"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente." Lucas 10:27, La Biblia. 

Este texto nos muestra que no somos autómatas manipulados; somos seres libres, con libertad de elección. Dios no obliga a nadie a amarlo. Lo amamos porque Él nos amó primero.Nosotros elegimos creer en Dios y amarlo en respuesta a su amor infinito por nosotros. 

Implica un amor sincero y real. Amarle con ternura, con todo nuestro ser; con toda nuestra emotividad, con los sentimientos; con hechos, con diligencia y alegría; Y, además, racionalmente, habiendo ejercido la razón  y elegido, por voluntad propia, creerle y amarlo.

  • Amarlo "con todo el corazón" me indica entrega, una relación profunda y entrañable. 
  • Amarlo "con toda el alma" me remite a lo emotivo, a los sentimientos y emociones, como la manifestación externa de ese amor del corazón. 
  • Amarlo "con toda las fuerzas" me hace pensar en acciones que lo demuestren, en hacer su voluntad perfecta y buena. 
  • Y amarlo "con toda la mente" me confirma que no es algo irracional, no es un amor ciego y sin fundamento sino todo lo contrario. Mi mente y mi raciocinio han entendido el mensaje de Dios y he llegado a la conclusión de que es la verdad y lo que anhelo. Por lo tanto, decido creer y recibo de Dios todo lo que Él me da por medio de Cristo  Jesús. 

Tenemos la oportunidad de recibir a Jesús en el corazón por la fe, como nuestro Señor y Salvador y Dios. Podemos aceptar libremente lo que nos ofrece. Podemos entregarle nuestro ser tal cual somos, con el carácter, las emociones, las virtudes y defectos, y esa personalidad que nos hace únicos, individuos. 

¿Ya te has rendido a su amor eterno? ¿Ya conocés a Jesús? Su invitación sigue vigente y Él te espera...


sábado, 4 de febrero de 2023

Hablando de fe

Muchas veces se cuestiona la fe, se la menoscaba, se la desplaza como algo ilógico o incluso como un "signo de debilidad". Pareciera ser que "eso de la fe" es para débiles, necesitados o iletrados. Aun así, vemos a diario manifestaciones de "fe" en cosas tan poco razonables como los fetiches, muertos, horóscopos, etc., ya sea una actriz, un psicólogo, una docente, un periodista o un político. Las personas buscan en qué depositar la confianza en su necesidad de lo eterno. 

El mundo de hoy ofrece caminos diversos en esa búsqueda humana de algo más trascendente. Dios no nos pide una fe enorme, ciega e irracional. Por el contrario. Nos invita a creerle mediante una decisión voluntaria y nos concede una fe sobrenatural cuando decidimos confiar en Él y en su Palabra. Nos presenta "el camino", dejando en claro que no hay otros caminos alternativos para llegar a Él. El camino es Jesús, quien dijo: "Yo soy el camino y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí". Se requiere de una fe pequeña, creyendo con sinceridad de corazón en Jesús, confiando en la bondad de Dios, este Dios único y verdadero que nos ama. Eso, tan simple quizás para las mentes de pensamiento complejo, revoluciona nuestra existencia y transforma nuestro ser entero. Creer en Dios y confiar en Él.

Se requiere una fe como la de los niños, que no se enreda en complejidades infructuosas. Una confianza como la de ellos. Los niños creen con sencillez asombrosa, por eso Dios los puso como ejemplo. Dijo Jesús: "El que cree en mí tiene vida eterna". Te invito a aceptar esa invitación de Jesús a creerle. Ese es el comienzo de lo mejor.