sábado, 30 de enero de 2021

Más vida

Amamos la vida y las cosas buenas de la vida. Aún así, este tiempo nos recuerda a diario que todos somos mortales. La pandemia de covid19 que sacudió las sociedades y las mentes aumentó el temor a morir. Debemos saber y recordar que Jesús venció a la muerte para siempre y es el único que puede dar la vida. Y además, lo siguiente: Hay más vida, una vida sin fin, después de esta vida terrena. Dios lo prometió. 
 
Él envió a Jesús para salvarnos. Ese mismo Jesús que murió y resucitó. Por la fe en Él, Dios nos concede la vida y ser libres de todo temor. 
 
Él cuida de nosotros y nos da todo lo que necesitamos, pero, ante todo, dispuso un futuro feliz en su presencia. Nos ama tanto que quiso darnos más que esta vida terrenal: una vida sin fin a su lado. 

Dios se hizo cargo de nuestro destino: Todo está preparado de antemano para que podamos vivir con Él por siempre. Creyendo en Jesús somos hechos hijos de Dios, herederos del Cielo. Un lugar de dicha indescriptible donde viviremos maravillas inefables. El Cielo es para nosotros. Dios lo dijo.

¿Creés en Dios? ¿Creés en Jesús? Podés hablarle ahora mismo: "Dios, perdoname y ayudame a conocerte. Te necesito. Perdón por mantenerte lejos de mi vida. Yo creo que me amás y preparaste todo el Cielo para mí. Creo que Jesús es tu Hijo, que murió y resucitó por mí para darme vida. Yo te recibo, Jesús, en mi corazón por la fe. Quiero conocerte, obedecerte y ser tu amigo. ¡Gracias!" Verás que hay una vida maravillosa preparada para vos.

sábado, 23 de enero de 2021

Libertad

En un siglo en que se levanta la bandera de las libertades individuales incluso en pos de causas impensadas o inverosímiles, deberíamos tener en claro que ser libres debe incluir la consideración del otro y la libertad del otro. A menudo se escuchan debates en que se exige este derecho a expensas del derecho de alguien más. La verdadera libertad es aquella que respeta los derechos de todos. La que, ejercida con responsabilidad, realmente se disfruta y promueve el desarrollo individual y social. La verdadera libertad no hace mal al prójimo.
 
Se puede aducir una libertad que es sólo externa, cuando el interior es cautivo de muchas otros cosas. Por lo tanto, ser libre implica tener dominio de sí. De otro modo, podemos terminar esclavos de las propias pasiones o debilidades. Todos necesitamos ese dominio propio que proviene de Dios. No podemos ser libres, verdaderamente, sin su ayuda. Por eso vino Jesús. Éramos esclavos de nosotros mismos porque el pecado nos tenía cautivos con su poder.  Por la obra de Cristo, por la fe en Él, somos hechos hijos de Dios y recibimos poder para vivir en libertad. El poder de Dios nos capacita para vencer nuestra propia tendencia al mal y para amar el bien, y hacerlo. 
 
Aunque se considere libre, un individuo puede ser cautivo de su propia debilidad. Cristo Jesús vino para liberarnos y otorgarnos dominio propio. Ese poder interior por el cual podemos vencer las tentaciones, la inclinación a pecar. Ser verdaderamente libre es posible -¡y maravilloso! No lo dudes. Él nos hace competentes para elegir y hacer lo bueno.

Te deseo un encuentro personal con Jesús, el Libertador y Dador de la vida. Hablale. Tu vida cambiará si confiás en Él.
Dijo Jesús: "Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres" (Juan 8:36, NTV).

viernes, 15 de enero de 2021

"¿A quién le importa?"

Ante un fracaso, ante un éxito o incluso ante una nimiedad, podemos preguntarnos: "¿A quién le importa? Pueden ser cosas pequeñas o grandes cosas. Una mancha en el libro nuevo, un proyecto, un mal examen, el trabajo, el auto que no anda o la pyme en quiebra. Quisiéramos que en verdad importe.
El cine y la literatura nos recuerdan a menudo esta frase de forma negativa, en boca de un personaje en crisis: "¿A quién le importa?" Quizás muchos se pregunten hoy. Lo cierto es que no hay nadie que pase desapercibido para Dios. No hay nadie que no sea importante para Él. Dios te ve. Él te acompaña. Incluso desde antes de nacer, ya te conocía. A Dios le importás. Le importás mucho. Le importás como individuo, como persona. ¡Te ama tanto! Y anhela que puedas conocerlo. Sos importante tal cual sos. Le importás vos. ¡Tu vida importa!
 
Le importás también a ese amigo o amiga "de fierro", a tu familia -aunque quizás sean de esos que "no lo dicen"-, a tus compañeros de trabajo o de la escuela. Pero, especialmente, le importás mucho a Dios. Él está dispuesto a ayudarte, a escucharte, a mostrarte su amor incomparable. Hablale. Está ahí con vos. Te aseguro que con Él, todo será distinto.  Comprobalo por vos mismo.

domingo, 10 de enero de 2021

Volveremos

¡Ánimo! Volveremos, con la ayuda de Dios, volveremos a estar juntos. Volveremos a compartir esos momentos inolvidables. Momentos reales, "no-virtuales". Volveremos a rodear las mesas y llenar las plazas y compartir los lugares de reunión.
Sigamos firmes en la esperanza de que todo será mejor, porque sin duda lo será. En este tiempo todavía difícil, cuidate y cuidémonos, por nosotros y por los demás. Pronto pasará. Hay muertes y familias de luto que merecen el respeto de nuestra actitud responsable. 
 
Cobremos ánimo. Hagamos nuestra parte y sigamos adelante con esfuerzo y con gratitud ¡porque estamos vivos! Y ciertamente, no es poca cosa. Animémonos unos a otros. 
Hagamos el bien, crezcamos. Y sobre todo, confiemos en el Señor que gobierna los tiempos y nuestras vidas. Él sabe todo y está atento. El Rey de reyes y Señor de señores, sigue con nosotros en todo tiempo. Él sabe todo. Incluso cómo nos sentimos. Recordemos que nuestro Dios es bueno, ¡siempre!


martes, 5 de enero de 2021

Sol de enero

Este sol de enero trae consigo alegría. Algarabía de verano. A pesar de todo, retomamos un poco la rutina que extrañábamos. Este enero distinto nos encuentra entusiasmados. Miramos el verano con expectativa. Este sol de hoy me recuerda que se puede volver a comenzar.

Las vidas se asemejan a las estaciones en algún momento. Irradiando luz y felicidad, o disfrutando el sosiego y la calma, o en medio de tormentas o quizás resurgiendo otra vez. 

Si tu vida parece un invierno, con ese despojo de colores y de hojas, con lluvias torrenciales, con oscuridades y con fríos, si te sentís necesitado de un tiempo de risa y de descanso, si buscás la paz, ... podés acudir a Dios. Él nos da todos los días otra oportunidad. Podemos volver a empezar. Dios nos da la vida. Dios existe. Él es real.  

Dios espera que le hablemos y lo busquemos. Él recibe y acepta a todos los que le buscan.

Está esperándote. Simplemente porque quiere hacerte bien. Porque te ama. Comprobalo por vos mismo.