domingo, 22 de abril de 2012

Un regalo

Ciertamente, la vida es un regalo de Dios. Pero hay más: Él prometió una vida mejor, abundante y eterna a todos los que le crean y lo amen.

“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”, dijo Jesús. Todos pueden recibir esa vida diferente: Si creés que Jesús es el Hijo de Dios y lo recibís en tu corazón por la fe, podés tenerla sin necesidad de hacer nada para ganarla. Dios quiere darla como un regalo precioso. 

Pedíselo así:

“Señor Jesús, reconozco que te necesito. Perdoname mis pecados y ayúdame a vivir esa vida que prometiste a los que creen en Vos. Entrá en mi corazón. Te recibo como mi Salvador y Señor. Confío en Vos. Gracias por perdonarme y por amarme tanto. Amén”

¡El amor de Dios transforma la vida y nos da un nuevo corazón!