martes, 30 de agosto de 2022

Pedacito de Cielo

Las cosas que nos hacen realmente felices no se consiguen con dinero. Como suele decirse, "el dinero no hace la felicidad, pero ayuda". Creo que todos coincidimos en eso. La idea es no supeditar la felicidad al dinero y a lo material. Lo principal es no poner "el alma" en eso, o más bien, el corazón.

Uno puede tener un "pedazo de Cielo": no requiere fortunas; más bien, un corazón generoso. No requiere grandes talentos y capacidades; más bien, requiere humildad. No requiere grandes cosas; más bien, "la riqueza" de las pequeñas cosas. No requiere muchas cosas materiales: más bien, mucho amor.

Hay cierta gente que puede ser feliz muy fácilmente. Con tan poco como el hecho de mirar las nubes empujadas por un buen viento. Escuchar muchas risas, observar un buen gesto hacia otros, compartir en familia, o con amigos. O sentarse al sol, simplemente. Con una canción, buenos mates, con un buen clima o con un día de tormenta... ¡siempre tenemos un pedacito de Cielo! La alegría no se acaba (aunque, a veces, la ponemos en pausa con actitudes equivocadas). ¿Cuál es el secreto? Ninguno. 

No hay secreto. Tener a Dios en tu vida; esa es la razón. Su amor nos llena de gozo y lo colma todo. ¡Dios nos ama! Envió a Jesús para buscarme, para buscarte, para darnos un nuevo corazón y poder conocer a Dios. ¡A este Dios que nos regala el Cielo!

Si lo invitás a ser parte de tu vida, Él acepta... ¡para eso vino! Para que todo aquel que cree en Él tenga vida y alegría eterna. Solamente tenés que creerle, aceptarlo, invitarlo. Nos da su perdón y su paz. Una vida sin límites, para siempre y nos comparte ese lugar preciado: ¡El Cielo es nuestro Hogar!

miércoles, 24 de agosto de 2022

Sin utopías

La claridad del alba nos anuncia un día nuevo. Abrimos los ojos con esa momentánea pereza acrecentada por el frío de agosto que nos sugiere un rato más en esa calidez de nuestra cama. No es casualidad este día, por cierto. Lo damos por supuesto sin detenernos a considerar qué magnífica oportunidad nos ha sido dada. Poder elegir el desayuno y disfrutarlo, el amor de quienes te rodean, ese "nido" especial -el hogar-, el trabajo, los pasatiempos, los amigos... ¡tanto!
 
¿Idealizamos? No. Para nada... Es tan real e ideal a la vez el amor compartido, es real la bondad, es real el cuidado y la paz que gozamos, mientras vivimos tantas hermosas situaciones. Aunque quizás, cuando leas esto, tu mundo esté al revés... Quizás pensés de qué hablo, o en qué utópico mundo me muevo, porque para vos es diferente y hasta el trabajo es la meta que parece alejarse mientras vos más intentás... Y los sueños parecen sólo eso. Pero, quiero contarte que hay esperanza. Que la lucha no es para siempre, ni el fracaso. Que podés descubrir que hay un amor mayor, que hay planes de bien, que hay perdón. Hay un Dios que te ama y no está ajeno a lo que vivís.
 
Aunque te parezca imposible, hay una vida distinta. Aunque hoy querés "romperte el alma" y decir que podés vencer vos solo, no renuncies a la fe. Dios te mira, te ama y te espera. Si tan sólo confiás y creés en Él, tu vida dará un vuelco inimaginado. Todo irá poniéndose en orden porque el Dios que te creó y te ama es poderoso y bueno. Animate a confiar en su amor y aceptá su ayuda. ¡La compañía del Creador da vida,  a todos nuestros días!
 
Creer en Jesús transformará todo tu mundo, tu ser entero. ¡Y te dará una dicha sin fín!

domingo, 21 de agosto de 2022

Yermo

Entre riscos y peñascos,

En la aridez yerma del desierto vasto,

Su amor me acompaña

De igual manera.

 

Pienso que se ha ido,

Pero Su Palabra resuena en mi oído:

Él está conmigo,

Aunque no lo vea.

 

¡Alma mía reposa!

Deja la tristeza. 

Alégrate y goza. 

Él no te abandona.

 

No te desalientes

Porque Él te hace fuerte.

Sus ojos te cuidan.

Su poder vigila.

Y aunque haya desierto, 

Él sigue en el yermo.

Camina y te abraza

Porque Dios te ama. 


No temas a nada. 

Él guarda tu alma.

Si acaso el desierto

Surge inesperado,

Tenlo por seguro, 

Te alzará en sus brazos

Otra vez.

jueves, 18 de agosto de 2022

Bondad inagotable

Los días fríos y soleados de agosto... ¡Qué encanto! Madrugadas escarchadas. Aires afilados que nos obligan a apurar los pasos. Abrigos. Infusiones calientes a toda hora. Invierno presente que nos ubica un poco en un equilibrio necesario. El frío duele. Y nos recuerda que somos necesitados (de abrigo, de resguardo, de refugio. de cuidados, de otros). Este invierno me habla otra vez de la bondad, del amor solidario.

Concluyo que la bondad hace habitable al mundo... tanto como el sol hace posible la vida. Sin sol y sin bondad no podríamos vivir. La alegría, el crecimiento, la esperanza, la paz, la seguridad se disfrutan porque hay sol todavía, porque todavía hay bondad. 

A veces lo minimizamos. Lo damos por supuesto. Pero, es tan importante no claudicar, no transigir... es importante no abandonar la nobleza, las virtudes, los valores; en fin, la bondad, que no es otra cosa que una bella característica del amor. 

Persistamos siempre en la bondad, en la benignidad que procura el bien del otro como el mío propio (valga la redundancia). Si hay bondad habrá calor, sustento, abrigo, compañía, esperanza.

Que sea una bondad sabia, con propósito. La que ayuda y encauza, que da herramientas, que sana, que protege y acompaña. La que hace noble al carácter, la que da integridad a la conducta y al corazón.

¿Dónde encontramos esa bondad que no se acaba ni se cansa? Esa que debemos ejercitar. Dios es la fuente y el origen de todo lo bueno. Volvamos a Él, y nos llenará de ese amor inagotable.

sábado, 13 de agosto de 2022

Hijitos

Miramos con ternura a nuestros hijos, a nuestros sobrinos, a esos chiquitines que encontramos por todas partes... los niños nos inspiran esos sentimientos tiernos de calidez, de inocencia, de expectativa. ¡Sus ocurrencias espontáneas a veces son geniales! 

Nos asombra tanto amor, tanta gracia, tanta chispa de genialidad contenida en esas pequeñas personitas. Nos sorprenden a diario esos tesoros que deambulan por toda la casa con curiosidad creciente e insaciables ganas de aprender. Los miramos. Los mimamos. Los vemos crecer y no dejamos de asombrarnos por esa riqueza incomparable de sus vidas. Sí, aunque incluyan berrinches, intentos de desafiar los límites impuestos o de querer "reinar". Los amamos. Y hasta los malcriamos un poco. Los ayudamos a aprender y a crecer... y seguiremos mirándolos como nuestros "hijitos" aunque hayan pasado tres décadas, ¡cuatro décadas...! Cuando los vemos, vemos a nuestros hijitos de siempre.

Algunas personas reaccionan con temor cuando escuchan decir que Dios nos mira. ¡Si supieran que Dios nos mira como a sus hijitos! Aunque seamos ancianos, su amor por nosotros no cambiará jamás. Suponen que Dios es malo o iracundo. Pero, ¡es todo lo contrario! Dios nos ama como un Padre Bueno y Perfecto. Por la fe en Jesús, Él nos hace sus hijos y somos muy amados. Cuando Él nos mira nos ve como hijos.

Dios nos mira todo el tiempo porque nos ama todo el tiempo. Su mirada hacia nosotros no es severa, no tiene enojo. Nos dice que Él nos ama y que nunca nos dejará. Nos enseña, nos instruye, nos corrige con amor.

Su mirada es protección: significa que su amor nos cuidando. Dios nos cuida: vigila continuamente que el maligno no nos haga mal.

¡Es tan reconfortante saber que Dios nos mira todo el tiempo! Si Aquel que nos ama tanto nos mira, podemos caminar seguros, confiados. Si el Todopoderoso vigila todo nuestro camino, podemos andar sin temor, sin miedos.

Cuando mires a tus hijitos, recordá que Dios te mira con la misma ternura y aun mayor, porque su amor es Perfecto.

lunes, 8 de agosto de 2022

Muy cerca

Buscalo simplemente.

Buscalo sin dudar

Él quiere que lo encuentres.  

Con vos se alegrará.

 

Apenas te decidas

Tu voz escuchará.

No dudes, sólo cree.

Su amor es sin igual.

 

Por cierto,  Él te espera.

Se alegrará con vos.

Buscalo con certeza.

¡Tan cerca estás de Dios!

 

Buscalo con tu alma. 

Buscalo sin temor.

Su amor no te rechaza.

¡Su amor ya te salvó!

 

Te espera con su abrazo.

Te colma con su paz.

¡Como a su Hijo amado

Él te recibirá!