miércoles, 24 de agosto de 2022

Sin utopías

La claridad del alba nos anuncia un día nuevo. Abrimos los ojos con esa momentánea pereza acrecentada por el frío de agosto que nos sugiere un rato más en esa calidez de nuestra cama. No es casualidad este día, por cierto. Lo damos por supuesto sin detenernos a considerar qué magnífica oportunidad nos ha sido dada. Poder elegir el desayuno y disfrutarlo, el amor de quienes te rodean, ese "nido" especial -el hogar-, el trabajo, los pasatiempos, los amigos... ¡tanto!
 
¿Idealizamos? No. Para nada... Es tan real e ideal a la vez el amor compartido, es real la bondad, es real el cuidado y la paz que gozamos, mientras vivimos tantas hermosas situaciones. Aunque quizás, cuando leas esto, tu mundo esté al revés... Quizás pensés de qué hablo, o en qué utópico mundo me muevo, porque para vos es diferente y hasta el trabajo es la meta que parece alejarse mientras vos más intentás... Y los sueños parecen sólo eso. Pero, quiero contarte que hay esperanza. Que la lucha no es para siempre, ni el fracaso. Que podés descubrir que hay un amor mayor, que hay planes de bien, que hay perdón. Hay un Dios que te ama y no está ajeno a lo que vivís.
 
Aunque te parezca imposible, hay una vida distinta. Aunque hoy querés "romperte el alma" y decir que podés vencer vos solo, no renuncies a la fe. Dios te mira, te ama y te espera. Si tan sólo confiás y creés en Él, tu vida dará un vuelco inimaginado. Todo irá poniéndose en orden porque el Dios que te creó y te ama es poderoso y bueno. Animate a confiar en su amor y aceptá su ayuda. ¡La compañía del Creador da vida,  a todos nuestros días!
 
Creer en Jesús transformará todo tu mundo, tu ser entero. ¡Y te dará una dicha sin fín!

No hay comentarios:

Publicar un comentario