viernes, 31 de marzo de 2023

Trayectos

La vida requiere seguir adelante, siempre, en toda circunstancia, en todo tiempo, sin importar los factores que quieran detenernos o estorbar. Nuestra meta es seguir... hasta llegar a la meta final. A veces es sencillo y otras, no tanto. En ocasiones necesitaremos un descanso para proseguir. A veces detenernos más.  Aunque no siempre el seguir implique un movimiento, porque habrá momentos en que el seguir implicará parar y recobrar fuerzas, sanarse, alimentarse, ayudar a otros en el camino, meditar y decidir. El avanzar cobra sentido cuando hacemos un alto también y consideramos el camino recorrido y extraemos enseñanza de los errores que dejamos atrás. 

Sigamos adelante disfrutando cada trayecto. Y vivamos con alegría pero sin evadir los momentos agridulces. Más allá de las emociones y los sentimientos, la alegría de la vida y del trayecto debería motivarnos a descubrir esos nuevos proyectos que todavía nos esperan en algún lugar.  Si estamos vivos es porque hay camino por delante todavía. Todavía hay razones, hay motivos, hay trayectos por recorrer. Hay un plan que aún falta culminar, hay gente que alcanzar, hay buenas obras por hacer, hay amor que dar, hay ayudar que prodigar, esperanzas y abrazos por compartir todavía y mucho más.  

Todos nacemos con propósitos eternos: el primero es conocer a Dios. El Dios que nos ama, el Creador. Y los demás propósitos se irán cumpliendo en el caminar diario, en el compartir a diario con otros. Los objetivos personales, la familia, el trabajo, la carrera, la profesión, los planes nuevos... todo está inmerso en el propósito eterno con el que nacimos. Porque no nacimos por casualidad, ni somos "casualidades" en este mundo.

Que todos puedan conocer a Quien trazó el camino que recorremos, a Dios, que nos da la vida. Y así entenderemos mucho más el por qué y el para qué de cada día.

¡Jesús te ama! Nunca lo olvides...


lunes, 27 de marzo de 2023

Eterna

A muchos, sino a todos, nos gusta escuchar sobre nuevos descubrimientos, avances científicos y tecnológicos, invenciones, etc. La ciencia avanza y se supera movida por el motor interno de esas curiosas ganas de saber, descubrir y experimentar. Lo nuevo atrae, cautiva la curiosidad. Quizás por eso, hay quienes rechazan la Biblia por considerarla "antigua". Hay quienes dicen que la Biblia es un libro antiguo, usando ese adjetivo casi como sinónimo de inadecuado, innecesario, obsoleto o pasado de moda. Lo cierto es que, por su origen divino, la Biblia no está sujeta a los tiempos humanos. 
 
No podemos clasificar lo eterno como "nuevo o antiguo". Escapa a toda clasificación limitada y humana: La Biblia es eterna, como su Autor. "La palabra de Dios permanece para siempre". "Es viva y eficaz". "Es la Palabra de Dios". Constituye la buena noticia para la humanidad de todos los tiempos.
 
Quienes leen la Biblia con el sincero deseo de encontrar la verdad, descubren que es realmente de origen divino, que es viva y dinámica, que es la palabra misma de Dios hablando al corazón y a la mente del que lee. Y pueden comprobar por su propia experiencia que así es y vivir la realidad de Dios. Incluso quienes se decidieron a leerla para refutarla, en un sincero afán de conocer la verdad, terminaron descubriendo la Verdad de la existencia de Dios y la veracidad de su mensaje eterno. El amor de Dios permitirá incluso ese desafío, con tal que quienes lo busquen de corazón, lo encuentren.

¿Ya conocés a Jesús? Te invito a leer los Evangelios en la Biblia: en ellos encontramos el relato de la vida de Jesús, el Hijo de Dios, y su maravillosa obra en favor de todos nosotros. Date la oportunidad de comprobarlo por vos mismo...

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna."

 

 

Créditos: 

Imagen cortesía de "Coalición por el Evangelio"

 

martes, 21 de marzo de 2023

Acumuladores

Ya parecen despedirse los árboles en su otoño nuevo, lanzando hojas coloridas como besos al aire. Se despojan y descansan recobrando fuerzas para vivir lo nuevo. La primavera requerirá de todo su vigor para vestirse de brotes y hacer surgir la vida que late en silencio. Vida latente, adormecida, soñolienta de invierno. Alfombradas las calles y los parques de oro crujiente, marrones y ocres fantásticos, alegra la mirada esta ciudad que se engalana de otoño... ¡Qué magníficos tonos y matices nuevos! ¡Qué pinceladas sublimes! 

Solemos ser acumuladores de casi todo. ¡Y la sociedad consumista nos alienta! Acumulamos cosas, bienes, recuerdos de viajes, libros, CDs, experiencias, emociones... Qué bueno sería hacer una pausa sabia, como el árbol, para quitar lo que debe ser quitado a fin de dar paso a ese renuevo necesario y vital... 

Dejemos que también en nuestra vida "esas hojas secas de cosas pasadas" se vayan con el viento. Dejemos ese "exceso de equipaje". Demos paso a lo nuevo que surgirá al fin de temporada, a su tiempo. Que permanezca lo esencial y lo superficial sea renovado como una vestidura nueva.

Dios lo hace todo bien. Si confiamos en Él y se lo permitimos, también lo hará en nosotros y en cada área de nuestra vida: lo hará todo bien y para nuestro bien. ¡Sin lugar a dudas!

El Dios que creó todo lo bueno, y que nos ama, siempre está dispuesto a ayudarnos.

¡Benditos los que confían en Dios!

lunes, 13 de marzo de 2023

Compartir

Una verdad tan grande que a veces olvidamos es la siguiente: Hay mucha alegría cuando podemos compartir con otros lo que tenemos. La alegría es la recompensa inmediata de la generosidad. Quizás lo primero que pensemos ante esto sea: "No tengo mucho para compartir". Aun así, no se trata sólo de bienes materiales. Quizás lo que tengas para compartir sea cariño, el afecto, la bondad, la compasión, una actitud de ayuda y de comprensión, tu disposición a orar en favor de otros, tu tiempo.
 
Te asombraría si supieras cuántos anhelan encontrar, en su día a día, sonrisas y buenas actitudes. Cuántos necesitan tu buena actitud, tu actitud comprensiva. ¿Qué tenemos para compartir? Quizás no importa tanto el valor material sino el bien que puede originar en otros. ¿Tenemos bienes para dar? ¡Se necesitan tanto! ¿Tenemos amor y bondad? Se necesita todavía más... Incluso si damos algo pequeño con mucho amor será tan bueno como dar algo sumamente valioso. ¡No podemos medir ni imaginar el alcance de un simple acto de bondad!Tanto nos ama Dios que, a pesar de todo, dejó esos vestigios de su gran amor en cada ser humano. 

Y hablando de compartir... ¿cómo no compartir el mensaje que da sentido a toda vida? El mensaje del amor de Dios. El mensaje que atraviesa la historia de la humanidad para mostrarnos la existencia del Dios bueno, que tiene compasión de nosotros.

Él quiere que todos lo conozcan y reciban el amor y el bien sublime que quiere darnos. ¡De tal manera nos ama Dios!


lunes, 6 de marzo de 2023

Imprevistos

Aunque creamos que tenemos todo ordenado, preparado y calculado, lo cierto es que cada día es una aventura que trae consigo circunstancia inesperadas para nosotros o para otros, para nuestro entorno... por más que intentemos mantener una rutina precisa y prevista. Así es la vida.

Debemos quitar la mirada de nuestra estricta planificación para incorporar las variables nuevas que parecen desentonar en nuestro "orden". En medio de ese vivir nuestros sucesos individuales recordamos que existe "un margen de error den todo cálculo", que es imposible evitar los imprevistos.

¿Será que el azar continuamente desafía nuestros planes? ¿La casualidad interviene nuestra rutina? 

Lo más maravilloso de la vida es encontrar que Dios es real, que dirige nuestros días, y que nada de lo que vivamos es ajeno a Él. Él lo sabe de antemano. No hay azar. No hay casualidades. No hay imprevistos para Dios. Todo lo sabe.  Y está dispuesto a ayudarnos siempre y sobre todo cuando las circunstancias inesperadas parecen desequilibrar  la solidez de nuestra planificación.

Dios está. Y está al tanto de todo. Le importamos mucho, mucho más de lo que podemos siquiera imaginar. Si le permitimos ser parte de nuestra vida, si lo invitamos a nuestro corazón, si confiamos en su amor, veremos qué real es su promesa: "A los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien"...

Nos ama tanto que no quiere dejarnos transitar solos ninguna circunstancia. Por eso Él nos prometió estar en todo tiempo a nuestro lado: "Yo estoy con ustedes todos los días."