lunes, 13 de marzo de 2023

Compartir

Una verdad tan grande que a veces olvidamos es la siguiente: Hay mucha alegría cuando podemos compartir con otros lo que tenemos. La alegría es la recompensa inmediata de la generosidad. Quizás lo primero que pensemos ante esto sea: "No tengo mucho para compartir". Aun así, no se trata sólo de bienes materiales. Quizás lo que tengas para compartir sea cariño, el afecto, la bondad, la compasión, una actitud de ayuda y de comprensión, tu disposición a orar en favor de otros, tu tiempo.
 
Te asombraría si supieras cuántos anhelan encontrar, en su día a día, sonrisas y buenas actitudes. Cuántos necesitan tu buena actitud, tu actitud comprensiva. ¿Qué tenemos para compartir? Quizás no importa tanto el valor material sino el bien que puede originar en otros. ¿Tenemos bienes para dar? ¡Se necesitan tanto! ¿Tenemos amor y bondad? Se necesita todavía más... Incluso si damos algo pequeño con mucho amor será tan bueno como dar algo sumamente valioso. ¡No podemos medir ni imaginar el alcance de un simple acto de bondad!Tanto nos ama Dios que, a pesar de todo, dejó esos vestigios de su gran amor en cada ser humano. 

Y hablando de compartir... ¿cómo no compartir el mensaje que da sentido a toda vida? El mensaje del amor de Dios. El mensaje que atraviesa la historia de la humanidad para mostrarnos la existencia del Dios bueno, que tiene compasión de nosotros.

Él quiere que todos lo conozcan y reciban el amor y el bien sublime que quiere darnos. ¡De tal manera nos ama Dios!


No hay comentarios:

Publicar un comentario