jueves, 18 de junio de 2015

Aunque el cielo no siempre es azul

Aunque el cielo no siempre es azul, ni las circunstancias son siempre como nos gustaría; aunque hay tormentas, dolores o angustias; aunque parezca que está "todo mal", hay esperanza. En la vida también hay cielos grises y oscuros como en nuestro clima. Dios ya lo sabe. Ya lo sabía incluso antes de que naciéramos. Sabía que afrontaríamso dificultades y que, muchas veces, no encontraríamos la salida. Por eso envió a su Hijo Jesús para que pudiéramos conocer el amor de Dios y ser transformados por la obra de su cruz. Dios ha prometido estar con nosotros en todo tiempo. Él es nuestra ayuda, nuestro socorro. "Tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos" (Mateo 28:20b), NTV).   
Que cada día podamos recordar esto: Nuestras circunstancias están bajo el control de Dios, en las manos de Dios. Todo es diferente cuando sabemos que Dios nos ama, cuando su amor nos sana y nos cuida. Las tormentas de la vida ya no nos asustan tanto. Todas las cosas se sujetan a Él. Él es nuestro escudo y nuestra fuerza. Nuestro refugio seguro y nuestra paz. ¡A no rendirse! Todas las tormentas se calman cuando nuestro Dios interviene. 
Podemos hablar con Dios confiadamente, porque por medio de Jesús tenemos acceso a Él. Si creemos en Él, si confiamos en su Palabra todo será distinto. Podemos concoer a Dios. Él disipa todo mal, toda tormenta,  y nos bendice:
 
"Señor, yo creo en vos. Creo que me amás como nadie más. Creo en Jesucristo tu Hijo, y que Él murió para que yo no tenga que morir lejos de vos. Perdoname todo lo malo que he sido y lo malo que he hecho. Me arrepiento y recibo a Jesús en mi corazón. Gracias por hacerme tu hijo y acompañarme para siempre".