sábado, 24 de agosto de 2019

Ansiedad

La ansiedad es una de las enfermedades del siglo XXI que tienen en vilo a la humanidad. El estilo de vida, las exigencias, el ritmo acelerado, las condiciones bursátiles, los rumores de guerra, el cambio climático, las preocupaciones excesivas...

No es la preocupación típica, el malestar obvio ante circunstancias reales o no. Constituye  una enfermedad que muchos sufren con diferentes síntomas y que pueden generar otras dolencias debido a todo lo que se desencadena a nivel físico, psicológico  y emocional. Dios sabe cómo somos, cómo vivimos y qué necesitamos. Él quiere ayudarnos, guiarnos y cuidar de nosotros.

Dice la Biblia: "No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús." (Filipenses 4:6-7, NTV).

La oración -el hablar con Dios- es un tiempo en quietud donde podemos contarle todo, darle gracias y pedir lo que necesitamos confiando en que Él proveerá e intervendrá a favor de nosotros. El confiar en Dios nos trae paz y salud para el alma, la mente y el cuerpo. Ciertamente, una vida de oración y confianza en Dios hará que conozcamos más al Dios que nos cuida y ayudará a prevenir la ansiedad como enfermedad. Él conoce nuestra naturaleza y necesidad y no nos ha dejado solos ni a la deriva. 

Acerquémonos con confianza. Él nos ama. Creyendo en Jesucristo somos hechos hijos de Dios. Si nos arrepentimos de nuestro pecado y maldad Dios nos perdona, nos libera de toda culpa y nos da un nuevo comienzo donde la ansiedad no tendrá cabida.¡El perdón y la paz que necesitamos están disponibles para todos!