sábado, 23 de diciembre de 2023

Conocerte

Él quiere que todos lo conozcan. Pero que lo conozcan de verdad. No es suficiente con leer su biografía o buscarlo en Google. Es necesario conocerlo de manera personal. Invitarlo a ser parte de nuestra vida, darle el lugar en el corazón, como se le da a un íntimo y querido amigo. Pasar tiempo y charlar; conocerlo cada día más. 
 
El Cielo es su Hogar. El lugar que nadie quiere dejar. El mejor lugar, ¡indescriptible! Lleno de felicidad eterna, de gloria y alegría. Lleno de amor, de paz, de luz, de vida... Y aun así Él se ausentó del Cielo por amor a nosotros para salvar -para siempre- a una humanidad perdida. 
 
Jesús, el Hijo de Dios, tuvo que ser forastero en este mundo que dista tanto de la maravilla del Cielo. Santo y sin pecado, Él dejó el Cielo para nacer en la tierra. Conoció las penurias y sufrimientos humanos y dio la salida para ponerles fin. Murió y resucitó para darnos una vida diferente y vida eterna. Un nuevo corazón y un nuevo destino.

El conocerlo de manera personal ¡cambia la vida! Nuestra existencia, la perspectiva, el sentido de la vida, el propósito, se vuelven claros y evidentes. Podemos entender y participar de sus planes, que son maravillosos y eternos... El conocer a Jesús y reconocerlo como Señor y Salvador encauza nuestros días dándoles ese propósito que no conocíamos todavía. 
 
Podemos conocer de verdad al Señor que nos ama, depositar nuestra confianza en Aquel que nos amó tanto que dio su vida para salvarnos. Podemos disfrutar de la amistad con Él y vivir la vida incomparable que Él nos regala.
 
En esta Navidad, te deseo que puedas conocer a Jesús de una manera especial. Será un antes y un después. Tu vida ya nunca será la misma. Y comprenderás sin lugar a dudas que decidirte a conocerlo ha sido la mejor decisión de toda tu vida.