


Todos pasamos por situaciones en que somos ofendidos por alguien, o nosotros ofendemos a alguien, ya sea de manera intencional o no. Aunque a veces se minimiza el sabio consejo de “contar hasta 10”, ¡resulta ser muy útil! En diez segundos “desactivamos” la respuesta automática que nos lleva a “reaccionar” sin pensar. En esos segundos podemos pensar en por qué la persona actúa de manera ofensiva, o ponernos en su lugar, tener empatía, y sobre todo ¡tener en cuenta su propia humanidad! No es un ser cibernético programado sin emociones: ¡es como vos y como yo! Un ser vivo pasible de dolores y alegrías, contradicciones, fallas y errores. Diez segundos que pueden salvar relaciones, amistades, empresas, empleos, matrimonios...
La Biblia nos dice que es sabio pasar por alto la ofensa. Parece fácil, pero no lo es. Se requiere humildad, mansedumbre, dominio propio, amor y prudencia. “El prudente pasa por alto el insulto” (Pr. 12:16b, NVI). y “Honra es [del hombre] pasar por alto la ofensa” (Pr. 19:11b). Debemos procurar la paz. Ser pacificadores, promotores de la paz. Buscar el bien de los demá también. Si obedecemos a Dios de todo corazón, ¡descubriremos que seremos más felices!