sábado, 7 de diciembre de 2013

Muy guardados

¡Dios cuida de mí! Como un niño entre tules, encajes y cuidados, mi alma está segura en Él, confiada. El Dios que me creó me ama como nadie.

Como hijos de Dios, podemos sabernos muy amados, sumamente protegidos, a salvo, seguros. 

El amor de Dios es real. Muy real. Su amor está muy presente cuidando de mí, de vos, de todos. Cuidando de todo.  El amor de Dios nos guarda. ¡Maravilloso Dios!

A lo largo de la vida, descubriremos que su amor nos ha protegido siempre. Cuando hallamos “espinas" en nuestro camino, cuando afrontamos decepciones, cuando salimos ilesos de un fracaso aprendiendo una gran lección inolvidable, Dios estuvo allí, a nuestro lado. 

Su amor nos guarda en tiempos de alegría y en tiempos difíciles, de igual manera. Inalterable. Incomparable.

En crisis, desconsolados o desconcertados, o felices y en un gran momento, Dios nos sostiene, de igual manera. Está ahí, como siempre. Muy cerca. No se aleja jamás. Nunca nos dejará.

Podemos descansar en Él en todo tiempo. Somos muy amados. Somos muy guardados. 

“Fiel es el Señor, que los afirmará y guardará del mal.” 2 Tesalonicenses 3:3

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