
Todos sentimos temor en mayor o menor grado ante las tormentas. Hoy en día vemos a los "cazatormentas" que desafían los elementos de la naturaleza y pensamos que no les asusta. En realidad están afrontando sus miedos con mucha osadía. Somos seres vulnerables y dependientes; es lógico que sintamos temor. Conocemos nuestras limitaciones. Ante aquellas
situaciones que nos abruman porque nos sobrepasan, sentimos temor. Cuando no las podemos resolver o no encontramos soluciones, cuando escapan a nuestro
control, nos sentimos desesperados y necesitados auxilio.


Acudamos
a Él con confianza. Dios nos ama: envió a Jesús para mostrarnos su gran amor. Podemos confiar en Él siempre y en toda circunstancia. Veremos que Él es bueno, es fiel y cumple su Palabra..
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