Pandemia. Todo esto pasará. Seguro que sí. Pero seguimos pasando por el proceso. Preocupa, duele, asusta,
pero también levanta hacia el Cielo la mirada de muchos. Cambios. Nuevas rutinas, nuevos cuidados, "nueva
normalidad". El mundo ora, reza, busca soluciones, ayuda y reflexiona. La
naturaleza descansa ante la disminución en la polución mundial: la contaminación ha descendido a nivel mundial. Libertad en los
mares y en los aires; animales no domésticos se acercan a las casas en
distintas partes del mundo ante "el forzado repliegue humano". El planeta parece aliviado. Para
nosotros, todo ha cambiado de repente. La mayoría de los lugares de trabajo,
cerrados. Lugares de esparcimiento y actividad física;
jardines, escuelas, colegios y universidades, cerrados e incursionando
en la virtualidad.
Elevamos la mirada al cielo. Todo ha cambiado demasiado rápido y no nos acostmbramos, pero estamos seguros de que, a pesar de todo el caos que supone este estado de cosas, Dios reina sobre todo como siempre, porque en su mano están los tiempos. Confiemos en nuestro Dios. "Nuestro socorro viene del Señor que hizo los cielos y la tierra".
¿Conocés a Jesús? ¿Conocés a Dios? Él es nuestro guardador, el Dios que nos ama y nos libra de todo mal. Comprobalo por vos mismo.
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