lunes, 5 de septiembre de 2022

Herederos

Cuando de herencia se trata, podemos pensar casi de nmediato en la herencia de posesiones materiales o dinero. Sin embargo, la herencia más preciada, indudablemente, es aquella intangible y perdurable. La que implica incluso un bien mayor que tener un buen pasar o solvencia económica. Qué herencia queremos dejar determina, además, el accionar en pos de ella. Dedicaremos tiempo a ese fin, nos abocaremos a ello. 

Los padres preparan herencia para sus hijos, sus nietos. Los padres forman legados para su descendencia. La plena conciencia de ello nos ayuda a vivir responsablemente, a tomar decisiones apropiadas. No obstante, en ocasiones se nos olvida que nuestra vida está forjando un legado, quiérase o no. El reflexionar sobre eso nos ubica en perspectiva: Que el disfrute del presente no nos haga olvidar el futuro. Que podamos recordar que el futuro comienza hoy. Que podamos vivir con sabiduría el presente para que nuestra herencia haga bien a muchosy nuestro legado sea noble y pueda transmitirse a las nuevas generaciones.

Dios es Padre de todos aquellos que le creen y lo aman, los que han creído en su Hijo Jesús y lo han hecho parte de su vida. El Padre Perfecto. Jesús ha hecho posible que seamos hijos de Dios. Somos muy amados y aceptos en Cristo Jesús. Somos el tesoro preciado de Dios. Somos herederos.

¡Nos ha hecho herederos! Dios ha prometido para sus hijos una herencia incorruptible, eterna e incomparable. El infinito amor de nuestro Dios y Creador nos ha hecho acreedores de la mejor herencia: Su herencia preparada con amor para todos y cada uno de sus hijos.

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