La respuesta no está lejos ni escondida en ningún código encriptado. Todos pueden acceder a ella. No se requiere escalar montes ni tampoco ir a ningún lugar místico. Tampoco sacrificios ni ritos oscuros y extraños, ni visitar "gurúes" o "iluminados". Hay acceso libre para que todos, sin distinción alguna, puedan acceder a la verdad.
Es una cuestión tan importante que Dios mismo dejó las respuestas, por escrito
para que no haya lugar a dudas. Se ocupó de que a través de los siglos su
mensaje permanezca para las nuevas generaciones. Muchos
quisieron destruirlo, quemar todos los pergaminos, códices y libros que
contienen las palabras de Dios para la humanidad. Pero, Dios mismo
protegió su mensaje para que llegue a cada generación que surge en
la historia humana. Es imperativo que todos sepan que Dios existe, que es
real y ha preparado nuestro futuro con detalle y con amor. Él nos dice que la respuesta es Jesús, porque al conocerlo hallamos en Él esas respuestas que anhelamos. La Biblia nos relata su historia, su obra y su vida sin fin.
Creer en Jesús sacia la necesidad vital del ser humano, lo encauza y alinea en el propósito y en los planes de Dios. Nos devela, además, nuestro glorioso y bendito destino con Él. Dios, con infinita bondad, ha hecho que sea fácil acceder Él para que todos puedan conocerlo y experimentar una vida diferente por la fe.
¿Creés en Jesús? Te animo a considerar con tu razón y tus capacidades intelectuales, con tu mente y tu voluntad, toda la evidencia que confirma su obra y la verdad de Dios. La evidencia es abrumadora. No hay lugar para la duda.
"De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, sino tenga vida eterna".
"Yo soy el camino, la verdad y la vida", dijo Jesús. "El que cree en mí, tiene vida eterna". "Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia". "No temas; cree solamente".
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