jueves, 27 de julio de 2023

Incansables

Un comportamiento básico, lógico, y que necesita un recordatorio: "No se cansen de hacer el bien". Necesitamos recordar que el hacer el bien es, -debe ser-, parte de nuestra existencia y propósito. No hay otra opción, aunque lo parezca. Todos nos consideramos buenos, pero solemos reaccionar diferente. Podríamos incluso justificarnos: no todos hacen lo bueno, ejercer el dominio propio puede resultar "agotador", simplemente "reacciono", ¡al que hace mal, parece que le va bien de todos modos!... Y muchas excusas más. Pero, no fuimos creados para hacer el mal. Por el contrario, fuimos creados para el bien, para amar. Como cristianos, somos hijos de un Padre bueno cuyo amor nos capacita para amar a los demás como a nosotros mismos. Y, aunque no siempre podamos evitar las reacciones, sí podemos evitar ser parte del círculo vicioso de "pagar mal por mal". "El amor no hace mal al prójimo".

Quizás pueda parecer un concepto trillado, teórico, "arcaico", pero lo cierto es que la práctica de este principio (que no es otra cosa que obedecer las instrucciones de Dios), es posible, necesaria y de suma importancia. No significa que no podamos sentirnos cansados o hastiados en algún momento. Significa que, cuando ese momento llegue, podemos decidir conforme a lo que agrada a Dios, y no conforme a nuestra percepción de la situación, que a menudo podría ser bastante egoísta.  

El mismo Dios que nos recuerda que hagamos el bien, es el que nos capacita para hacerlo. Él sabe que a veces nos resulta difícil, que a veces simplemente no tenemos ganas o no nos surge devolver con bien a quien nos hace mal. Pero, ¿cómo podríamos mostrarle la luz si caminamos en la misma oscuridad? La actitud correcta, el no usar de "derecho a la venganza", o "darle de su propia medicina", es luz que disipa las mentiras de que no hay amor y de que todo está perdido.

El cansancio es pasajero; el resultado de hacer lo bueno siempre tendrá una trascendencia eterna. Que podamos recordarlo y animarnos para no transigir jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario