Tú eres mi refugio,
Mi defensa, mi descanso.
No existen artilugios
Ni temores. A tu lado
Sólo hay seguridad.
Tú calmas ansiedades,
Tormentas interiores,
Huracanes...
Rugientes, los ciclones
Se calman ante Ti.
Las luchas y las crisis
Doblegas con tu voz.
Si tan sólo lo dices,
Ordenas todo, Dios,
Con tu Palabra.
Así trajiste calma,
La vida y salvación.
¡Es que tu amor nos salva!
Jesús nos redimió
Muriendo en esa cruz...
Y al resucitar
Abrió un camino al Cielo
Para poder estar
Con nuestro Dios tan bueno
¡Toda la eternidad!
Nada puede quitarnos
Esa seguridad
De sabernos amados,
Y vivir de verdad.
Acompañados siempre,
En calma o tempestad,
Por el Dios que no miente.
El que venció a la muerte
¡El que siempre estará!
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