domingo, 8 de marzo de 2020

Vence con el bien

En este mundo conflictivo, individualista, violento y competitivo muchas veces veces vemos como se devuelve mal por mal. Y se busca la venganza. Es la inclinación humana, la tendencia instintiva. Los niños suelen devolver "golpe por golpe", en sus reacciones espontáneas y además copian las actitudes de los adultos como un calco. Pero al crecer todos aprendemos y distinguimos lo bueno de lo malo. Desarrollamos conductas acordes a la moral, aprendemos valores de vida inculcados por nuestros padres... Aprendemos que no es correcto devolver mal por mal; "no se paga con la misma moneda". Porque, de hacerlo, además, nos volvemos un poco similar a aquel que nos hizo mal. Lo sabemos. No obstante, persiste en lo profundo de la naturaleza humana ese deseo de revancha, quizás hasta impensado. 
 
A lo largo de la vida pasaremos por situaciones que nos pondrán a prueba. 
Dios nos dice en su Palabra que no seamos vencidos de lo malo. Que venzamos, con el bien, el mal. Eso significa renunciar a la revancha. Renunciar a todo deseo de venganza. Y aún más: significa hacerle bien al que me hizo mal. Es un quiebre en ese ciclo de venganzas. ¡Y vencemos! Vencemos al mal. ¿Cómo? Haciendo el bien.
Es una verdad asombrosamente real. Pongámosla en práctica.  Disfrutaremos de la libertad y del gozo de la victoria verdadera, con ayuda de Dios.  

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