domingo, 1 de marzo de 2020

Volver

Ciertamente y de manera evidente, la sociedad actual se aleja cada vez más de los principios por los que se ha vivido durante siglos. Este siglo XXI trajo cambios acelerados, algunos buenos y otros no tanto. Hoy por hoy, la consigna pareciera ser "romper con lo establecido", "deconstruir", "porque sí", sin razones coherentes ni valederas. Romper por romper es necedad. "Deconstruir" para arruinar, también. 
 
Nos encontramos, entonces, con que se debe considerar seriamente volver a lo bueno que se dejó atrás, recuperar lo que se quiere decretar obsoleto sin serlo. 
Volver no siempre implica retroceso: volver para retomar el camino correcto es el mayor avance. Pensémoslo. Atesorar y transmitir los buenos hábitos, las sanas costumbres. Volver a lo que hace bien. Volver a lo bueno, a los valores y a los principios que hacen del ser humano un ser noble, sin dejar de avanzar hacia el futuro. Eso es verdadero progreso. 

Podemos "usar la razón". ¡No dejemos de hacerlo! 

Usemos el cerebro, las capacidades humanas que dieron tanto al siglo XX. No cedamos ante las "las ideologías subjetivas de este siglo" que pretenden obnubilar la razón con falacias. Volvamos a la sensatez. A lo racional. Al bien. A la verdad. Volvamos a lo que es digno de honra. Como individuos y como sociedad lo necesitamos. 

Examinarlo todo y retener lo bueno, es un mandato bíblico que necesitamos tener en cuenta, sobre todo en este tiempo. Volvamos a Dios y a su Palabra. Honrar a Dios es el primer paso hacia la sabiduría.

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