viernes, 11 de septiembre de 2020

Nueva primavera

Este invierno ha sido raro para todos. Invierno de pandemia. Invierno con temores, reclusión, añoranzas, abrazos congelados en el tiempo. La primavera nos insinúa esperanza. Anhelo de llenar las plazas, las escuelas y universidades, las calles.  Habrá vacunas y medicamentos y alivio. 

El mundo ora, reza, llora, trabaja y se aisla "en casa". Hay esperanza, ¡seguro que sí! Pero, depende de nosotros si cambiamos; siempre hay algo para mejorar. Que podamos examinarnos el corazón y el andar.

Decidamos que esto sea una oportunidad para avanzar. Que nos permita tener otra perspectiva de nosotros, del otro, del mundo y de la vida. Priorizar el amor, priorizar el actuar por amor al otro.

Es un tiempo para volver a Dios y confiar en Él con confianza inocente y genuina. Confiar en nuestro Dios como confían los niños. En Él está la vida verdadera, nuestro presente y nuestro futuro. ¡Animémonos! Dios es real. Dios es bueno.



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