miércoles, 8 de abril de 2020

Soledades

La soledad que molesta es un sentimiento raro, fastidioso. Me refiero a la soledad que se siente como un peso. Esa que se percibe rodeado de personas. ¿Te ha pasado? Quizás sí. Quizás la has sentido en el momento de tomar decisiones, o en circunstancias difíciles. Muchos pasan por eso. En todo el mundo, en todas las culturas. Y es casi inevitable. Incluso, tal vez sea necesario para darnos cuenta de que hay Alguien que siempre está. Que nunca estamos realmente solos. En esos momentos de soledad  podés hablar con Dios, y vas a darte cuenta de que Él está atento y siempre está. mirando y conociendo todos los detalles. Él no nos deja.  Él no te dejará. Jamás. 
 
Somos seres que necesitan compañía. No fuimos creados para vivir en la independencia total, solos, aislados. Dios lo sabe. Por eso, prometió estar con nosotros todos los días de nuestra vida. Él siempre está para ayudarnos y guiarnos en cómo decidir lo mejor. En esos momentos de soledad, podés hablar con Dios y contarle todo lo que quieras, pedirle su ayuda, incluso pasar tiempo simplemente en su compañía. ¡Vas a ver que todo resultará sumamente bueno! Recibirás la ayuda de Dios, dirección, consuelo, su amor incomparable  y nuevas fuerzas.
 
No es necesario huir de esos momentos solitarios que se nos cruzan de vez en cuando. ¡Seguramente tienen un propósito! Descanso, examinarnos a nosotros mismos, analizar las circunstancias para buscar la mejor decisión a tomar, para reflexionar... O quizás simplemente el propósito sea que puedas ver que contás con Dios, una compañía única, el mejor consejero, el mejor amigo, el Padre Perfecto que puede comprenderte y darte lo mejor. Nunca estamos solos. Él está con nosotros. ¡Somos sus hijos muy amados! Él convierte la soledad en "agradables momentos a solas con hermosos propósitos" en los cuales somos transformados para seguir creciendo.
   



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