miércoles, 6 de octubre de 2021

Cimiento inamovible

Ciertamente en este mundo todo es pasajero. Incluso lo que pareciera estable y seguro siempre es pasible de modificaciones. La inmensidad de la internet es comparable a su propia fragilidad. El planeta, nuestro hábitat, está en continuo cambio. En tanto, procuramos vivir seguros, inmersos en las inseguridades de toda clase que nos rodean. Aun así, existe un fundamento firme, que no es pasajero, en el cual se desvanece la inestabilidad y todo temor.

Cuando ponemos nuestra confianza en Dios y creemos en Él, podemos descansar en que todo estará bien. Y no es una mera suposición ni una declaración positiva. Es una verdad bíblica. Tenemos en Dios un lugar inexpugnable adonde acudir, una fuente de seguridad inagotable; un ancla segura del alma que nos llena de inexplicable paz. 

Dios es nuestra defensa imbatible, refugio nuestro, nuestro guardador. Solamente en Él hallamos ese cimiento firme y eterno, inamovible, que sustenta nuestra vida hoy y para siempre. Sólo en Dios podemos vivir confiados. Realmente.

Dios está más interesado en nosotros de lo que imaginamos, porque nos ama de verdad. Envió a su Hijo, Jesús, para que por medio de Él podamos conocerlo y confiar en ese amor transformador y poderoso. Él persiste en buscar que entendamos cuánto nos ama, cuánto quiere compartir nuestra vida, y ayudarnos.

Aunque no lo creas, aunque no lo sientas, Dios es real. Nos creó libres para poder elegirlo por amor. Él te conoce desde antes de que nacieras. Siempre ha estado cerca de vos, dispuesto a ayudarte. Respeta tus decisiones y nunca te obligará a que lo aceptes: quiere que vos decidas libremente. Podés elegirlo hoy y ahora mismo. Sin lugar a dudas, verás que con Dios la vida es distinta, con paz, llena de desafíos y aventuras pero con una seguridad que nunca antes conociste.

"A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12).

No hay comentarios:

Publicar un comentario