viernes, 18 de febrero de 2022

Gente del siglo XXI

Somos gente el siglo XXI. Vemos con asombro tanto bien, tanto avance, tanto descubrimiento. Tantas cosas que nunca imaginamos. Nos toca presenciar lo inimaginable, lo que siglos atrás hubiera sido fantasía o ficción. Las noticias surcando continentes en tiempo real, cara a cara desde kilómetros de distancia, las ciencias derribando límites. No obstante, presenciamos la repetición histórica de errores; el hombre otra vez creyéndose dios. La imposición de la fuerza y del egoísmo. Los berrinches por imponer conceptos que parecen surgir más bien del delirio que de la razón; el desparpajo. Por eso, más que nunca, este mundo necesita ayuda. Necesitados, como individuos y como civilización. Necesitamos a Dios. Porque sólo Dios puede transformar todo, empezando por el corazón.

Si supieran que Dios el Creador se deleita en hacernos bien, que todo lo bueno proviene de Él, que ha preparado maravillas y una dicha eterna para quienes lo aman. Si supieran de su bondad, ¡de su amor incondicional, de sus planes incomparables!

Que puedan volver a Dios quienes se han ido tan lejos de Él sin saber cuánto los ama Dios; sin saber cuánto bien, cuánta paz y cuánta dicha les espera si tan sólo aceptan ese amor que sana y que transforma.

Este mundo necesita saber que Dios es real, bueno y poderoso.

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