lunes, 23 de mayo de 2022

Niños

¡Amo ver a los niños jugar! Su alegría compartida y desbordante,  el despliegue de ingenio y energía, las risas estridentes y espontáneas, ese disfrute máximo de cada momento, las ocurrencias simples y geniales... Son gemas preciosas y, aunque están aprendiéndolo todo, nos enseñan más de lo que imaginamos. Absorben, inquieren, aprenden, adquieren comportamientos y conductas que los van formando. Depende de nosotros, los adultos, potenciar esa riqueza innata, fomentar el desarrollo de sus virtudes y su potencial. Enseñarles a diferenciar lo bueno de lo malo, a elegir el bien, a adquirir hábitos sanos y disciplinas de vida. 

Todos aportamos algo de alguna manera a esas pequeñas personas en formación, tan susceptibles a la influencia, al entorno, a los demás, y tan pasibles de ser moldeados por nuestras palabras y nuestro ejemplo. Lo que aceptamos, aquello a lo que nos exponemos, todo lo que permitimos nos afecta y determina rumbos. De igual manera, lo que reciban impactará en su crecimiento y en su futuro. Moldeamos sus vidas, sí, pero ellos nos recuerdan lo que debemos recuperar: esas características, tal vez olvidadas, de nuestra niñez. La capacidad de asombro y de disfrute, de aprendizaje, de un perdonar y olvidar con rapidez, de esperar siempre lo bueno y "reír con el que ríe y llorar con el que llora". Y, por supuesto, confiar entrañablemente en Quien nos ama. 

Dios da un especial valor a los niños y, porque nos ama infinitamente, nos recuerda que debemos volvernos como ellos para entrar en su Reino, el Cielo, nuestro Hogar: "Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos." (Mateo 18:3, La Biblia, NVI.) Evaluar si conservamos esas virtudes de los niños nos ayudará a comprender cuánto nos falta cambiar aún. 
Te invito a recibir a Jesús en tu vida. Comprobarás que podemos nacer de nuevo y ser como niños, sin malicia, aunque maduros en la forma de pensar. Aceptar su amor transformador nos da un nuevo corazón y una nueva vida para siempre.

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