jueves, 20 de abril de 2023

Sin mérito alguno

Estamos acostumbrados a relacionarlo casi todo con la retribución, con el mérito, con el hacer y el merecer. Pero, ¿qué pasa si alguien nos da algo "porque sí"? Sin mérito alguno de nuestra parte... Nos asombra, ¿verdad? Nos sorprende cuando alguien nos regala algo sin ser una fecha especial. Es que creemos que para recibir algo hay que ganárselo.
 
Lo cierto es que a Dios, el Dador de todo, le place darnos su mayor regalo, por la fe, aunque no lo merezcamos. La salvación, el perdón, la vida abundante, la vida eterna y mucho más...  No es por merecerlo; es por creerle. No es por lo que hagamos; es por gracia de Dios. La gracia es el favor inmerecido de Dios: no merecemos su favor, pero Él "nos lo regala".
 
El único "requisito" es la fe, creerle. Porque creer implica reconocer a Dios como tal y reconocer nuestra condición, nuestra necesidad de Él. No merecemos nada, pero, si le creemos, Él nos regala todo lo bueno. ¿Por qué? ¿Porque somos buenos? No. Porque ÉL ES BUENO.

No tenemos que ganarnos su amor: sólo recibirlo. No tenemos que ganarnos su perdón: sólo creer en Jesús; porque en Él tenemos el perdón de pecados. La única condición es arrepentirnos y dejar lo malo. 

No tenemos que ganarnos el Cielo; solamente creer que Jesús, el Hijo de Dios, es el Camino al Cielo. 

Creer en lo que Jesús hizo por cada uno de nosotros nos da el acceso a ese regalo: " a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios". 

Y vos, ¿ya lo recibiste?

No hay comentarios:

Publicar un comentario