martes, 16 de mayo de 2023

Clima

Nos asombra el cambio climático anunciado hace años, aunque ya lo experimentamos por décadas. Nuestro descuido ha trastocado el mundo y modificado la belleza de cada estación. Rogamos por la lluvia en estos tiempos de sequía, casi tanto como los animales sedientos y la tierra resquebrajada. Esas sequías que exhiben los cauces y desatan incendios exigen acciones. ¡Dependemos tanto del clima! La vida misma depende de ello. Y apenas estamos entendiéndolo. 
 
Debiéramos habernos puesto límites. Pero no. Solían asombrarnos las inundaciones, las regiones resecas, los tornados y huracanes, los aluviones y los terremotos, pero se volvieron las noticias diarias. Quizás solíamos maravillarnos con fenómenos naturales impresionantes, pero a menudo las cosas se salen de control. Este mundo necesita conocer a Dios, el Creador que lo hizo todo bien.
 
Ya hemos probado como humanidad que solos no podemos. A Dios no le sorprende nada. Más aún: preparó la salida. Nos envió al Salvador, a su Hijo Jesús, quien venció por nosotros y derrotó a la muerte para siempre. Él es el Redentor que nos rescata de nosotros mismos y redime nuestra alma. Él es por Quien clama toda la creación para ser libre de todo el mal que hemos causado.

Todos necesitamos saber que Dios existe. Que ha hecho todo para ayudarnos y salvarnos. Que sus planes son los mejores. Sólo Él tiene poder para transformar todo y a todos. Pero depende de cada uno de nosotros, porque Él respeta siempre nuestra decisión.

Podemos acudir a Dios en todo momento. Hoy mismo. ¿Por qué tardar?  "Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que en él se refugian", dice la Biblia (Salmo 34:8, NVI). 

¿Ya conocés a Jesús? 

 

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