miércoles, 3 de mayo de 2023

Hijos

"Si Dios existe, ¿estará tan ocupado como nosotros? ¿Tendrá tiempo para ver lo que nos pasa? ¿Querrá ayudarnos?" 
Son preguntas que muchos consideran en su interior, sin siquiera, quizás, mencionarlas. Pensamos acerca de Dios con nuestros parámetros humanos, limitados y defectuosos. Pero Dios es Dios.  Él es Perfecto. No es como nosotros. Nada lo limita, ni lo distrae ni lo cansa. Por tanto, Dios jamás está demasiado ocupado. Siempre está atento a nuestra vida. 

Podemos hablar de muchos atributos o características de Dios, como su santidad y omnipotencia. Pero una que nos impacta mucho es su bondad y amor. Tal vez sea porque existe una creencia errónea, que se transmite por generaciones, acerca de que Dios es un ser severo, que no quiere nuestro bien sino que espera que nos equivoquemos para castigarnos. ¡Eso es un error tan grande! Dios es bueno. La Biblia lo dice así: "¡Alaben al Señor porque él es bueno! Su gran amor perdura para siempre." 

Aun siendo Todopoderoso, jamás usaría su poder para hacernos mal; sí para defendernos. Su poder no excluye ni opaca su compasión y su ternura. Él ha querido que seamos diferentes a sus criaturas; somos su obra especial, una obra maestra, su tesoro preciado. Y nos ama tanto que nos ha llamado sus hijos: cuando venimos a Él, nos hace sus hijos.

¡Ah! Que todos puedan comprender y recibir qué grande es el amor de Dios y conocerlo. Si supieran que Dios es amor, que se alegra en bendecirnos, que está dispuesto a perdonarnos toda vez que nos arrepentimos, que nos ayuda a crecer y ser mejores y nos cubre de bondad. Que todos lo sepan... ¿Cómo no creer en Él? ¿Cómo no amarlo también, como Él nos ama?

Dios nos ama de una manera que escapa a nuestra comprensión, porque es un amor incondicional y eterno: "Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos!"

Dios es justo y santo y el mal no puede estar con Él. Pero Él envió a Jesús  para librarnos del mal, hacernos justos y santificarnos a fin de que estemos con Él para siempre. 

Su bondad se renueva todos los días y su perdón está disponible para todo el que lo quiera recibir: "A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." 

¿Creés en Dios? ¿Creés en Jesús? Si no es así, te invito a creer y a recibir todo lo bueno que tiene para vos. ¡Vas a descubrir la maravillosa experiencia de ser hijo de Dios!

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