Pensamos, panificamos, proyectamos. Trabajamos
en ello con perseverancia. Consideramos y sopesamos las variables para decidir
lo que creemos que es mejor. Y, en ocasiones, nos preocupamos mucho. Nos
preocupa el futuro porque lo vemos incierto. En este año que comienza hay alegrías y sutiles inquietudes. ¡Vamos camino al futuro!
Que nuestra limitación nos haga prudentes. Que nuestra finitud nos haga humildes. Que podamos ver este mar de oportunidades de un año que comienza. Que sepamos que no estamos solos, que no es imposible.
“Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito” (Proverbios 16:3, NTV). El Dios de la vida, Creador de los tiempos, no es limitado como nosotros. Si creemos en Él y decidimos poner nuestra vida en sus manos, ¡Él nos ayudará!
Queremos
progresar y que nuestros proyectos se cumplan, y está bien. Pero, ¿sabías que Dios tiene planes mayores y
mejores? Los vamos descubriendo a medida que lo conocemos y confiamos en Él. Confiemos sin dudar y veremos que, más que éxito, encontraremos algo maravilloso.
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