sábado, 12 de junio de 2021

Sin culpa

Una conciencia limpia es una conciencia libre de culpa. 
Todos queremos tener una conciencia limpia. Todos queremos vivir sin culpa. Sabernos inocentes. íntegros. Ser felices. Y la felicidad se relaciona con una conciencia limpia. La paz también.

El tema de la culpa y la conciencia es complejo y con muchas aristas. Objeto de análisis y estudio, a lo largo de la historia ha derivado en múltiples conclusiones. Claramente, la culpa está íntimamente ligada al yerro, a la percepción de fracaso y de falla, al saber que se ha hecho mal, al haberse equivocado; ante todo, al efecto de lo que llamamos pecado. Incluso el bien que no se ha hecho, cuando podría haberse hecho, genera culpa, tanta como ser consciente de haber obrado mal. Necesitamos ser libres de la culpa y recuperar la alegría genuina y la paz que perdimos. ¿Cómo hacerlo? Necesitamos ser perdonados. Quizás, perdonar también a otros. Quizás perdonarnos a nosotros mismos. Dios lo sabe. 

El perdón es la clave. Cada día Dios llama al arrepentimiento a toda la humanidad. Por medio de Jesucristo, por la fe en Él, Dios perdona todos nuestros pecados y nos limpia de toda maldad. Cuando Dios nos perdona, somos libres del pecado y de la culpa. ¡Ya no hay culpa! 

Somos declarados inocentes. Absolutamente. Dios mismo nos absuelve. Somos perdonados. Somos libres. Somos sanados y restaurados por Dios cuando acudimos a Él, creyendo en Jesús y en su Palabra. Además, recibimos poder para perdonar a otros y a nosotros mismos; para cambiar y vivir con verdadera paz. Sólo Dios puede hacerlo.

¿Conocés a Jesús? Él puede liberarte de toda culpa y de todo temor. Sólo Él puede darnos un nuevo comienzo y nueva vida, incluso la fuerza y la sabiduría que necesitamos para permanecer en ella. Está a tu alcance por la fe. Podrás experimentar la verdad de lo que Dios nos dice. Basta creerle. Basta con confiar.

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