martes, 21 de septiembre de 2021

Relato de primavera

Y aquí está, esta primavera muy esperada con expectativas obvias. Con cambio climático y todo, pero primavera al fin. ¡Al fin primavera!
 
Tratamos de mirar con empatía este tiempo, dejando atrás un invierno que saturó con inseguridades otra vez. El país intenta seguir adelante, osadamente, mientras muchos persisten, con prudencia, en no enfrentarse al virus escondido todavía en la primavera. 
 
En esta realidad pandémica, por hartazgo o por necesidad, se sale al ruedo de la lucha, que más que nunca, es indudablemente desigual. Hay que salir, vivir  "en el afuera" después del aislamiento, a pesar de todo. Es necesaria la empatía. No somos los mismos. De una u otra manera fuimos cambiados, todos.  Por eso, si extrañás a quien partió, o celebrás estar juntos y todos; si añorás ese empleo, o emprendés algo nuevo... de igual manera, todos necesitamos saber que Dios nos ama y quiere ayudarnos a seguir adelante, con Él.

La vida resurge en este septiembre sureño. Hay esperanza, en verdad, porque Dios está con nosotros. Necesitamos, nosotros, estar con Él y ser conscientes de nuestra mayor carencia.

Que en esta primavera podamos resurgir de nuestros sucesos individuales, para encontrar que Dios es real y está al tanto de todo;y que le importamos más de lo que suponemos.

Confiemos en Dios, que dirige los tiempos, y pongamos la esperanza en su amor tan grande y en su poder que es infinito. Con Él vamos seguros, caminando juntos hacia el futuro, sin temor, a pesar de todo. ¡El Dios que nos creó ama infinitamente a esta contradictoria humanidad!

No hay comentarios:

Publicar un comentario