lunes, 6 de septiembre de 2021

Nueva normalidad

Al finalizar la pandemia, volveremos a la "nueva normalidad". Una realidad modificada obligatoriamente por las circunstancias. Quizás retomaremos el ritmo de vida anterior, con los cambios inevitables y los nuevos hábitos. Algunos son tan buenos, que deberíamos adoptarlos para siempre: rutinas saludables, conductas nuevas y nuevos enfoques. 

La vida espiritual también fue impactada en este tiempo. Muchas personas han acudido a Dios, han vuelto a una relación con Él. Se afirmaron en su fe. Muchos fortalecimos ese vínculo maravilloso con Dios y descubrimos incontables muestras de su bondad y su compasión infinita.

Tenemos una magnífica oportunidad de sacar lo mejor de estos años, buscando ser, como suele decirse, "la mejor versión de nosotros mismos". Volver mejores depende de nosotros. Tal vez debamos adquirir aún nuevas pautas para la vida diaria, para las relaciones, para el trabajo, para la vida social y familiar. Y, por supuesto, también para nuestra vida espiritual. Volveremos mejores, con la ayuda de Dios.

Que no "volvamos a lo de antes". Que sea más bien un avanzar con nuevo empuje y entusiasmo, con una mentalidad transformada -transformada otra vez-, renovada, "reseteada y actualizada". 

Que sea implementemos cambios profundos, internos y externos. Que en cada ámbito podamos poner en práctica lo aprendido, compartir, como nunca antes, el amor recibido de Dios y experimentar la realidad de su existencia.

Con Dios, volveremos mejores y con metas más claras, con fines más nobles. Volveremos más fuertes, porque Él nos acompaña.

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