miércoles, 5 de enero de 2022

Estío

Solíamos diferenciar bien las estaciones del año, hasta que llegó este siglo XXI en que se han diluido los límites de cada temporada, probablemente debido a nuestro propio accionar global. Así que, aquí estamos, con un enero de mañana "otoñal" y fresca, que, por supuesto, disfrutamos igual. ¿Cómo no hacerlo? Si hace unas horas nos quejábamos del calor agobiante y de "una tormenta que no fue" que amenazaba apenas con desatarse. Cuestiones climáticas que son el tema a diario, quiérase o no.

Aunque a veces risueña, esta cuestión del clima genera temores. En el tiempo en que vivimos abundan los avances y las comodidades, las perspectivas de progreso, lo sabemos. Pero, a la vez, nos plantea la situación en que se encuentran algunas personas que ven casi imposible no caer en el pánico, o en el mejor de los casos, en la desesperanza. ¡Es más que obvio que esta humanidad necesita ayuda! "¿De dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra", dice la Biblia. 

Que la realidad del amor de Dios ahuyente los temores y las ideas fatalistas que saturan esta sociedad de hoy. No estamos solos ni a la deriva en este mundo. 

Si te preocupa demasiado todo esto, si vivís con estrés o desesperanza, Dios quiere ayudarte. Él te conoce. Él quiere darte paz y seguridad. 

Que en este verano inusual, tan lejano del estío conocido, muchos más puedan descubrir de una manera real y contundente, que el Dios de la Biblia nos ama, tal cual nos lo dijo.
 
De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo... Jesús, para que todo aquel que cree en él, no se pierda, mas tenga vida eterna. Dios envió a Jesús por nosotros. Sólo pide que le creamos.


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