Que no nos olvidemos de estos países que vemos desfilar en su anhelo por obtener la Copa Mundial. Representan naciones, millones de personas; con diferentes costumbres e idiosincrasias, sí, pero tan iguales a la vez, tan preciosamente humanos, tan dignos de respeto y valoración.
El mensaje es para todo el mundo. Para los que están lejos y para los que están cerca. Todos tienen que saber que son valiosos y dignos. Todos tiene que saber que son creación del Dios único, bueno y perfecto. Que Él ama a esta humanidad controvertida con un amor infinito que no llegamos a comprender completamente.
Nos ama tanto Dios, que Él mismo vino a rescatarnos. Jesús, su Hijo, abrió el Camino al Cielo con una vida impecable, su muerte en la cruz y su resurrección gloriosa.
"Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.", dijo Jesús. Y, "El que cree en mí tiene vida eterna."
Esa promesa es para todos. La vida eterna es para todo el que quiera recibirla. Y todo aquel que cree lo comprobará por sí mismo.
Oremos para que el amor de Dios alcance las naciones. Que el poder de su Palabra y de su Espíritu Santo se manifiesten con salvación y bendición.
Créditos: fotografía Infobae
No hay comentarios:
Publicar un comentario